El dirigente del Polo Democrático Alternativo en Nariño y líder popular, Erick Velasco hizo llegar un mensaje a esta redacción, en el que plantea cómo, lejos de mejorar, la situación del agro es cada día más calamitosa.
El texto enviado por Velasco corresponde la declaración del movimiento Dignidad Agropecuaria en el que se plantea entre muchos factores que la administración de Juan Manuel Santos sigue haciéndoles conejo a los campesinos y que sus anuncios y declaraciones corresponden más a los shows mediáticos que a otra cosa.
Erick Velasco, dirigente popular en Nariño.
“Las causas de la protesta son coyunturales y estructurales y ni las unas ni las otras se han resuelto. Por el contrario, ha causado un enorme daño la decisión del gobierno nacional de volver al país un centro mundial de minería e hidrocarburos, con las consecuencias que esto trae para la agricultura y la industria, empezando por la revaluación, que en diez años ha sido del 40%, encareciendo las exportaciones y abaratando las importaciones”, argumenta el mensaje.
Más adelante agrega que “esa política deja todavía más desprotegido al agro nacional en los ciclos de bajos precios internacionales, todo lo cual se agrava con los costos crecientes de los insumos, semillas, fertilizantes, los más caros del mundo, agroquímicos, energía, combustibles y transporte. Se ha configurado una economía de quiebra para los 2.5 millones de productores, campesinos de las distintas capas, indígenas, comunidades rurales y empresarios y de hambre y desocupación para más de tres millones de trabajadores agrarios. La partida de defunción será los Tratados de Libre Comercio”.
Estudios técnicos
En el mensaje se sostiene que “un estudio de la organización Oxfam, de noviembre de 2013, definió la economía rural y especialmente la campesina como perdedora en el caso del TLC con Estados Unidos, al señalar que hasta “se están violando cláusulas del acuerdo, o bien se ha generado un serio riesgo de amenazas a los productores” en lácteos, por las compras de lactosuero y de leche en polvo, arroz, maíz blanco, carne de cerdo, carne de pollo, arveja y fríjol”.
“Oxfam registra igualmente el ingreso de volúmenes importantes de trigo, zanahoria, cebolla, maíz amarillo y sorgo. Agreguemos que Colombia es el tercer destino de las exportaciones norteamericanas de papa procesada. Las observaciones de Oxfam fueron corroboradas a finales de 2013 por la Oficina de Comercio de Estados Unidos, la cual, cerca de cumplirse los dos años de vigencia del TLC, ya anunciaba como un éxito que “Las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas a Colombia ascendieron a US $1,5 mil millones en 2013, su décimo noveno mayor mercado de exportación. Los rubros principales incluyen: trigo (228 $ millones), maíz ($ 172 millones), la harina de soya ($ 172 millones), la carne de cerdo y productos de cerdo ($ 88 millones)”. Y algo similar sucede con la Unión Europea, el Mercosur, la Comunidad Andina, México, Chile, Efta y Canadá, del que Colombia es uno de los primeros compradores de granos como lenteja, arveja y fríjol. ¿Podrán resistir los productores agropecuarios ese alud de tratados y los de Corea, Israel o Japón, que faltan por entrar? Algo más”, explica el documento.
Impacto de la minería
Según el documento enviado por Erick Velasco: “La revaluación ha favorecido también las importaciones de los propios productos de exportación, promocionados como “promisorios”. En los últimos 5 años ha ingresado el equivalente a más de media producción anual de azúcar y de aceite de palma y las entradas de café y cacao superaron, entre 2009 y 2013, más de mil millones de dólares, casi dos billones de pesos. Se compran en el exterior cerca de cien mil toneladas anuales de plátano y el 83% del pescado que se consume internamente”.
También dice que hay algo “todavía más grave, millones de hectáreas dedicadas a la agricultura han entrado en conflicto con los más de 5 millones de hectáreas con títulos mineros, que saldrían de la producción de ser declaradas de utilidad pública”.
“Otro tanto sucede con macroproyectos como El Quimbo, HidroSogamoso e HidroItuango y con decenas de microcentrales proyectadas o en construcción. Dignidad Agropecuaria trabajará por la defensa de nuestro patrimonio ambiental y la conservación de nuestras cuencas hídricas, así como por la protección de nuestros páramos y bosques, ante la amenaza que significan las multinacionales mineras” añade.
Justificaciones de Santos
Según este documento “Para encubrir el disparate, todo se justifica con la “asociatividad” con campesinos, reviviendo la servidumbre. Simultáneamente con la “extranjerización” y el acaparamiento y con los TLC, el gobierno ha echado las campanas al vuelo con el tal Pacto Agrario el cual rechazamos, puesto que no resuelve los problemas estructurales de la agricultura Colombiana y se limita a la selección entre 4.500 proyectos inconexos y desarticulados por valor de un billón de pesos, que no pueden presentarse como una política auténtica y seria y que, en esencia, son una forma más de la denominada “mermelada”, con despilfarro de recursos y como fuente de soborno social para comprar silencios ante los TLC; en la indebida apropiación de baldíos; en el despojo de la tierra por empresas mineras y energéticas y en las ganancias descomunales de las firmas trasnacionales de insumos”.
“El Pacto de marras se plantea como un Desarrollo Rural “con énfasis territorial”. Ni siquiera el crédito, instrumento insustituible para el fomento agrícola, está diseñado con ese propósito, ni en condiciones ni en cobertura, y es sustituido en proporción cada vez mayor por intermediarios o “consolidadores”, como sucede principalmente en los cultivos de ciclo corto, en el tabaco y en la producción minorista de palma, entre otros. y contrario a diseñar políticas de apoyo por medio de créditos con bajas tasas de interés, el Gobierno de santos se empeña en impulsar normas como la ley de Bancarización que encarecerán aún más los ya elevados costos de producción en la agricultura nacional”, agrega.