Entre Nariño y Cauca, tramo con mayor registro de emergencias viales.

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Luisa Fernanda Osorio Marín, magíster en Geomática de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), realizó una zonificación del reparto espacial de los sitios donde podrían ocurrir deslizamientos de tierra en esta carretera del suroccidente de Colombia, entre Cauca y Nariño.

Se seleccionó este tramo como zona de estudio por su alta ocurrencia de procesos de remoción en masa en taludes de corte de la vía, los cuales afectan la movilidad, el transporte de suministros y el comercio en la Troncal de Occidente, uno de los corredores viales más importantes del país, que atraviesa el territorio colombiano de sur a norte.

Para el estudio, la investigadora realizó un inventario histórico de deslizamientos ocurridos entre 2007 y 2018 a partir de una base de datos elaborada por el Instituto Nacional de Vías (Invías) con 378 registros de emergencias viales, que corresponden a eventos ocasionados por el desprendimiento de material de las laderas que obstruyeron el paso vehicular en el corredor vial.

Después seleccionó las variables relacionadas con la estabilidad del terreno, como pendiente, aspecto, curvatura, índice topográfico de humedad (ITH) y densidad de drenajes, la mayoría de las cuales se eligió a partir de modelos digitales de elevación, estructuras numéricas de datos que representan la topografía de un terreno.

“Este fue uno de los principales insumos para hacer la zonificación de la susceptibilidad, además de otras variables temáticas que se extrajeron de información de entidades oficiales, como la cobertura de la tierra y la litología (parte de la geología que estudia las características de las rocas que constituyen una determinada formación)”, detalló la magíster.

A partir de esta información elaboró un análisis estadístico bivariado, que consistió en analizar en dónde ocurrían los deslizamientos y qué tanto se relacionaban con las variables seleccionadas y con los registros del inventario de deslizamientos en el área de estudio, con lo que se obtuvo un índice de susceptibilidad a deslizamientos (ISL).

Además dentro de su trabajo propuso el concepto de “corredor hidro-geomorfométrico” como una metodología para delimitar áreas de estudio enfocado a proyectos de susceptibilidad en corredores viales, ya que los estudios de zonificación de los deslizamientos se realizan hoy a gran escala y no enfocados específicamente en la infraestructura vial.

“Con ese concepto esperábamos obtener –a partir de algoritmos en un modelo digital de elevación– un corredor que se limitara a las cuencas y microcuencas que se superponían e influían directamente sobre la vía para hacer el análisis de susceptibilidad”.

Este proceso arrojó que de los 89 km que componen el corredor vial Cano-Mojarras, 45 se encuentran en zonas de susceptibilidad alta o muy alta a sufrir deslizamientos de tierra, y los 44 restantes en moderada, baja o muy baja.

“A pesar de estar dividida en cinco categorías, gran parte de la vía es susceptible a los deslizamientos, aunque en algunas zonas el porcentaje es bajo, por lo que se requiere de intervención para hacer gestión del riesgo en este corredor vial”.

Un modelo replicable

La magíster comenta que identificar la susceptibilidad del terreno a los deslizamientos es el primer paso para llegar a un proyecto de gestión del riesgo. Después de detectar esas zonas, incluir en el análisis factores detonantes, como lluvias o sismos, permitiría identificar puntos de amenaza e infraestructura que puede ser vulnerable.

La metodología se podría aplicar en otras vías del país, como la afectada vía al Llano, en la que, según explica la magíster, se debería estudiar el historial de los eventos ocurridos, además de incluir otras variables del terreno.

“Sé que una de las variables que influye en la afectación de la vía al Llano es la infraestructura circundante, como el criadero de pollos que se encuentra en la parte superior de la ladera de la montaña. Ese tipo de variables se van incluyendo en el modelo, y a partir de ahí se identifica qué zonas de la vía son susceptibles para decidir dónde hacer una obra de contención o drenar la montaña para que no afecte la vía”, señala la magíster.

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