La boxeadora argelina, ¿una caso de “dopaje fisiológico”?

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Hay una gran controversia en París 2024 frente a la boxeadora argelina Imane Khelif. Su historia es esta: ella al parecer nació con disgenesia gonadal. Es una alteración genética donde tiene genotipo masculino XY, en su fenotipo se desarrolla como mujer. Se trata de mujeres XY fenotípicamente normales a excepción de los ovarios, que no se desarrollan. Estas mujeres adquieren caracteres sexuales primarios (útero, trompas de falopio y genitales externos), pero no secundarios.

Esta ausencia de caracteres sexuales secundarios (falta de aumento en las mamas y de la cadera por ejemplo) es debida a la ausencia de hormonas sexuales femeninas como los estrógenos, ya que los ovarios se encuentran atrofiados con disfunción lo cual puede llevar a tener características maculinizantes.También se llama “Síndrome de Swyer” y las mujeres que lo padecen pueden presentar características externas androides o masculinas.

¿Qué efecto secundario puede presentarse?: además del obvio riesgo de infertilidad, un hiperandrogenismo o aumento elevado en la producción de testosterona, con consecuencias masculinizantes en forma de hirsutismo (barba), acné o caída del cabello. Pero es más evidente un aumento del porcentaje de masa muscular similar al de un hombre y reducción del porcentaje de grasa (por ello producen menos hormonas femeninas). Por lo tanto se incrementa la fuerza, la potencia y la resistencia. Esto equivale al empleo artificial de anabolizantes. Aunque la testosterona puede producirse en mujeres, es a unos niveles muy bajos, es anormal si provoca efectos masculinizantes.

Esa fue la razón más específica por la cual fue descalificada en el mundial de 2023 en la India. Aclaramos no por ser transgénero, que no lo es, ni se mencionó en este torneo, sino desafortunadamente tendría una disfunción hormonal que provoca aumento excesivo de testosterona similar al de un hombre y que le otorga ventaja frente a mujeres equivalentes. En un combate como el acontecido entre la argelina y la italiana, es como si un boxeador hombre peso mediano se enfrentara a otro peso pluma. Hay una clara desventaja.

El problema es que la Asociación Internacional de Boxeo está enfrentada al Comité Olímpico Internacional (COI), y seguramente este por no seguir sus directrices, o tener otro criterio, le han permitido participar con un tufillo de llevar la contraria. Eso sí la boxeadora italiana Angela Carini, tenía toda la razón en tirar la toalla y proteger su integridad. Pero el Comité Olímpico, en su caso, mira para otro lado.

Esto debería resolverse, no con la prueba de cariotipo (genotipo hombre XY o mujer XX) sino evaluando los niveles de testosterona. Si están francamente aumentados puede deberse a un uso artificial o a una producción fisiológica anormal. En ambos casos le otorga una clara ventaja a una mujer frente a otra en igualdad de condiciones. En ese caso no se trataría de una anormalidad o alteración biológica, sino fisiológica, un equivalente a un “dopaje fisiológico”, lo cual está contra los principios olímpicos y de la deportividad.

*Presidente Sociedad Colombiana de Ciencias del Deporte         X: fabioarevalo

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