La circunvalar de San Juan: la ruta artesanal de Nariño

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Por Nina Portacio.

Esta circunvalar es apropiada para personas sin afán por llegar a ningún lado. Para personas dispuestas a observar los detalles del entorno y a descubrir el camino y recordar la historia. Una ruta alejada de todo éxito digital, pero con mucho que enseñar. Porque una vez que se cruce El puente de Los Molinos, empieza a adentrarse en paisajes que alimentan el alma, la mente y la vista. Las costumbres y tradiciones que son más fuertes que el olvido.

La ruta inicia en uno de los lugares más misteriosos de la región por bellos y emblemáticos: en El Puente de Los Molinos y la Casa abandonada, donde termina Ipiales e inicia el Municipio de El Contadero. Hay cierta belleza en ese abandono. En ese lugar todo se transforma de ruido a paisaje, olores, sabores y saberes.

En Los Molinos intervinieron los Alemanes quienes vinieron a armar e instalar la turbina de agua; desde el Río Boquerón mediante una represa que pasa por un socavón hasta esa infraestructura, para el funcionamiento de Los Molinos Diana y las bodegas del trigo, que en esa época tenía también industria de galletas. Esta represa dió posibilidad, en aquellos años, de establecer la Energía eléctrica para el Alumbrado público en El Contadero. De hecho, la energía eléctrica se pagaba en Los Molinos. Por toda esta infraestructura al Municipio lo llamaban: “EL ATENAS DE OBANDO.” La casona a la derecha del Puente, que está abandonada en la actualidad, fue de Lisandro Paredes; uno de los técnicos del Molino. El señor fue discípulo directo de los Alemanes y manejaba a la perfección Los Molinos y todo el Sistema de ingeniería que permitía su funcionamiento, y lo hizo hasta su muerte. El conjunto arquitectónico y los detalles son un Patrimonio histórico relevante para la región.

A menos de cinco minutos de San Juan recorriendo por curvas empinadas y confundidas entre vegetación y bosques, se llega al pueblo El CONTADERO. Las cruces altas y distantes que se empiezan a visualizar en esta vía desde el puente hasta el pueblo, fueron instaladas en alguna Semana Santa para llevar a cabo El Viacrucis con sus escenas por el padre German Martínez y/o el Padre Cipriano Bastidas, y desde entonces las conservan en ese trayecto como un símbolo de fe.

Esta carretera serpenteada fue construida en tiempos antiguos por la misma Empresa de Los Molinos para llevar el trigo desde Iles, San Juan hasta el Contadero; en esos años era una vía empedrada y fue hecha a pico y pala. Porque, en ese tiempo, no existía la vía panamericana y había que dar la vuelta por Puerres, Contadero, San Juan e Ipiales. La Panamericana que llega hasta San Juan surge en la década de los 65.

La infraestructura de los Molinos dió origen también a la fábrica de textiles que instalaron en el Pueblo; donde Don Leon Guillermo Ibarra Narvaez trabajó en 1967. El mismo cuenta que se fabricaban ruanas de doble cara. La lana se traía desde Argentina; desde allá llegaba en vellón y acá se le hacía el proceso completo para los diferentes productos: telares de doble ancho de 1,50 cms, pañolon, bayetas o tiras para fajar, chalinas con flecos, etc. Y paño grueso tipo grano de pólvora o tipo paño inglés.

La Empresa textil de El Contadero tuvo varios dueños y varios nombres. Uno de los dueños de la fábrica de textiles fue Don Ramón González Atiga; un Ecuatoriano de ascendentes Españoles, quien también fue socio de Los Molinos. La textilera se llamó: Marianita de Jesús; luego Textiles del Sur de Carlos Puertas Rojas y después de su hijo Hernán Puertas Luna, y al final se llamó Tacoral siendo ya de unos Turcos cuando remataron la fábrica para chatarra. Finalmente, ahí funcionó la Empresa Colchapas donde fabricaron puertas de madera por muchos años. En la actualidad, esa cuadra completa que fue la fábrica textil funciona como parqueadero y es propiedad particular. Ya no se practica ningún arte.

Por otro lado, la fábrica de alfombras llegó a tener 5 fábricas independientes conocidas entre ellas: MARCOVALANA, CONTALANA, TAPELANA, LA ORIENTAL Y TACORAL. Cada fábrica llegó a tener 20 obreros artesanales. De esa cinco fábricas, dos se convirtieron en Talleres Artesanales con actividad muy reducida por la mano de obra. Porque los tejedores entraron a la edad dorada y muchos de ellos fallecieron. La juventud ya no aprendió estas artes porque como dice Don Guillermo Ibarra a sus 74 años; siendo un artesano de tradición y vigente: “Cambio la cultura de la gente. Ahora no se quieren ensuciar ni los bachilleres.” Es otra historia.

El Municipio de El Contadero fue y sigue siendo famoso por las alfombras tejidas por Don Leon Guillermo Ibarra Narvaez, y por las fiestas del Sagrado Corazón que se celebran en el mes de Junio. La casona del Palacio Municipal antiguo se incendió en tiempos de elecciones por voto popular cuando dieron el veredicto del ganador; según cuentan los transeúntes octogenarios fue por un corto circuito, que coincidió con el veredicto electoral. Al final de la calle principal que atraviesa todo el pueblo, por lo general los jueves en la tarde, encuentra los choclos asados con mantequilla y queso, al pie de la vía donde aparece una especie de valle, sin serlo.

Seguimos la ruta entre paisajes y vistas espléndidas de los minifundios de Nariño tan demarcados por la forma tradicional de cultivar la tierra. A unos 10 minutos de recorrido se mira el famoso letrero: “BIENVENIDOS A GUALMATÁN – BALCÓN FLORIDO” desde donde se observa a la izquierda en el paisaje el Cañón del Güaitara y el Municipio de Puerres.

El Municipio de GUALMATÁN tiene vigente muchas tradiciones artesanales, religiosas y culturales; entre otras, varios balcones llenos de geranios y flores nativas en materos improvisados tan diversos como sus flores. Así mismo, este Municipio conserva artes culinarias muy laboriosas como los tradicionales rosquetes de polvo y de yema, las galletas de harina, las panuchas o delicados de maíz con panela y las empanadillas rellenas de dulce de calabaza de Doña Rosario López en el Barrio La unión. El desfile histórico que lo hacen a finales de Enero con sus comparsas costumbristas en vivo y la fiesta patronal del Señor de los Milagros de Gualmatán; donde sus devotos y feligreses suelen decir a manera coloquial que: “la imagen original no se deja sacar del trono de la Iglesia al desfile ni por los sacerdotes”. Por lo que se conoce que tienen una réplica de la imagen para transportarla en el evento de sus festividades. Además, como un símbolo de adoración al Señor de Los Milagros de Gualmatán, Los Danzantes de Miraflores con su cultura ancestral le rinden un homenaje simbólico al terminar esta celebración religiosa. Una fusión cultural religiosa – ancestral que cobra mucho interés en la región.

El gestor histórico de la construcción de la Iglesia para el Señor de Los Milagros de Gualmatán fue el padre Manuel Antonio Ormaza oriundo del mismo Municipio. Lo relevó el padre Miguel Sánchez. Cuentan en el pueblo a manera de anécdota, que el padre intentó sacar la imagen original y terminó con una herida en la cabeza, porque el brazo de la imagen le cayó encima al intentar desclavarlo. Pero sus devotos lo interpretaron como una señal divina. Después llegó el padre Omar Guerra; quien sacó la imagen original en procesión a diferentes destinos para recaudar fondos. Sin embargo, la población indignada por los paseos cada vez más largos del Señor de Los Milagros se unió en protesta pacífica y trasladó la imagen que pernoctaba en otro Municipio (Pupiales). Desde aquí la imagen fue llevada de nuevo hasta Gualmatán en un desfile nocturno con antorchas hechas de cualquier forma. En esa oportunidad y para evitar inconvenientes futuros; los ciudadanos de Gualmatán y el sacerdote en gestión firmaron un acta de común acuerdo, para que nadie volviera a sacar la imagen original del Señor de Los Milagros de su trono en el altar, a ningún paseo ni cerca ni lejos y bajo ninguna circunstancia. Este es el motivo, por el cual no lo sacan ni en el pueblo. Por el acta, por devoción o por resignación, pero ya ninguno se atreve a sacarlo. Para todas las procesiones y eventos religiosos utilizan la réplica.

Avanzamos entre flores y paisaje a la vereda de Cuatiz y terminamos en el corregimiento de JOSÉ MARÍA HERNÁNDEZ tierra de Héroes de guerra. Por cierto, si Usted quiere conocer y aprender con facilidad la historia sobre el Héroe más famoso de la región que nació en la vereda de Guachá, no se vaya de esta ruta sin comprar la Revista del héroe en formato cómic ilustrada con talento creativo por Robert Patiño Vivas; un tesoro de la historia en caricatura y el eslabón de interés para empalmar con el Municipio de Pupiales.

PUPIALES es tierra de músicos, artistas, poetas y escritores. Este es un Municipio con mucho potencial, que en su momento, mereció una Columna previa en Página10, titulada “PUPIALES: LA RUTA ANCESTRAL DEL SUR”. No en vano este Municipio fue declarado Patrimonio Arqueológico en 1976; debido a todos los hallazgos de orfebrería encontrados en este territorio.

De Pupiales a Ipiales son siete minutos y está Usted en la última ciudad de Colombia: IPIALES, la puerta de oro al final de la Frontera, para continuar el recorrido por America del Sur. No obstante, también puede desviarse hasta La Basílica de El Santuario de Las Lajas para visitar uno de los lugares más hermosos del Sur (La Revista Cultural TDN publicó en 2017 un artículo de mi autoría sobre la peregrinación al Santuario y otros detalles de interés regional); comer cuyes en el sector conocido como EL CHARCO, donde sus casas tienen ilustraciones que hacen mención a los petroglifos y figuras Precolombinas de piezas Arqueológicas, que fueron encontradas en diferentes lugares del Departamento de Nariño (especialmente en Pupiales), y finalmente, retornar al corregimiento de San Juán donde inicia la circunvalar.

En SAN JUÁN, no olvide entrar un momento al parque para degustar sus helados artesanales de palo, en la casa esquinera pintada también con figuras y trazos de las culturas ancestrales. Porque tanta belleza y delicias en esta ruta y por tan poco, difícil de encontrar en otros destinos Nacionales y Extranjeros.

Espero que disfruten esta ruta artesanal. Porque es casi “clandestina”, está alejada del turismo masivo pero es muy bella. Aprovechen antes de que nos invadan los turistas nacionales y extranjeros queriendo conocer las alfombras, los telares, el balcón florido, los rosquetes de polvo, los delicados, el pan de maíz, los helados de palo, los sombreros tejidos, los petroglifos o comprar cómics y libros de Autores Nariñenses o visitar como siempre El Santuario de Las Lajas.

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