Otro golpe a Nariño: disminuye el presupuesto nacional para el 2025. Silencio complice.

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El departamento de Nariño enfrenta un panorama alarmante con la reducción significativa de los recursos asignados en el presupuesto general de la nación entre los años 2024 y 2025. A pesar de los desafíos socioeconómicos y las altas necesidades de inversión en sectores clave, el presupuesto para 2025 muestra una baja considerable en comparación con el año anterior, lo que evidencia una preocupante falta de voluntad política por parte del gobierno central.

Una reducción marcada en la inversión

En 2024, el departamento de Nariño recibió recursos de inversión en sectores clave como agricultura, infraestructura y desarrollo rural, con un enfoque importante en la conectividad y el desarrollo social​. Sin embargo, para 2025, la inversión destinada al departamento se reduce drásticamente de $3.031.346 millones a $2.882.055 millones, una cifra insuficiente frente a las necesidades del territorio​. Esta baja afecta de manera significativa el acceso per cápita a recursos, que apenas llega a 1,7 millones de pesos por habitante.

Sectores más afectados

Uno de los sectores más impactados es el de transporte, con una reducción de recursos para la construcción y mejoramiento de carreteras estratégicas, como la vía Tumaco-Pasto-Mocoa​. Este tipo de obras son esenciales para la conectividad de las zonas rurales y el desarrollo económico de Nariño, en especial para las poblaciones alejadas de los grandes centros urbanos.

Asimismo, la agricultura y desarrollo rural, un sector vital para el sustento de miles de campesinos y comunidades étnicas, se ve golpeado por una baja en los recursos destinados a la formalización de tierras y el apoyo a proyectos productivos. Esta disminución afecta la posibilidad de promover el desarrollo sostenible en la región, donde gran parte de la población depende de la actividad agrícola.

Impactos en la población

La reducción de los recursos afecta directamente a sectores vulnerables, como las comunidades afrodescendientes e indígenas. Programas de inclusión social y reconciliación también verán una disminución en los fondos asignados, limitando los esfuerzos para reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de las víctimas del conflicto armado​.

La falta de inversión en infraestructura educativa y programas de alimentación escolar empeora las condiciones para los niños y jóvenes, quienes dependen de estas políticas para acceder a una educación de calidad​. Además, la salud y protección social enfrenta desafíos con menos recursos para el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria, lo que podría agravar las dificultades en el acceso a servicios básicos de salud​.

Falta de voluntad política

Esta disminución de recursos pone en evidencia la falta de compromiso del gobierno central con el desarrollo de Nariño. A pesar de ser un departamento históricamente afectado por la violencia y la pobreza, el ajuste presupuestal no refleja una intención real de solucionar los problemas estructurales del territorio. Las consecuencias de esta falta de apoyo podrían generar una mayor marginalización de la población, limitando las oportunidades de desarrollo y perpetuando las desigualdades regionales.

El futuro de Nariño depende de una inversión justa que promueva el desarrollo integral del territorio. Sin embargo, ante la tendencia actual, las esperanzas de progreso para 2025 parecen desvanecerse.

El silencio de los líderes: ¿Dónde están los defensores de Nariño?

A pesar de la gravedad de esta situación, el silencio de los líderes políticos de Nariño es ensordecedor. Ni el gobernador del departamento ni los congresistas nariñenses han levantado la voz para defender los intereses de sus ciudadanos.  El único que se ha expresado en contra de esta medida es el representante Juan Daniel Peñuela.

Además el mutismo es aún más preocupante cuando se observa que varios nariñenses ocupan cargos directivos en el gobierno nacional,  tampoco se han pronunciado en contra de este recorte presupuestal que golpea directamente a su región.Este silencio contrasta con la urgencia de la situación. Parece que los intereses partidistas y burocráticos han prevalecido sobre las necesidades de la mayoría de los nariñenses, dejando al departamento sin defensores ante esta evidente injusticia.

Es hora de que la ciudadanía se pronuncie

Ante la falta de liderazgo y la indiferencia de quienes deberían estar defendiendo los intereses de Nariño, es imperativo que la ciudadanía levante su voz. No se puede permitir que esta reducción presupuestal pase inadvertida, ni que los nariñenses sigan siendo víctimas de un trato desigual por parte del gobierno central. Es necesario exigir mayor inversión, equidad y respeto para una región que ha sido históricamente marginada.

La disminución de los recursos no solo es un golpe económico, sino una clara señal de la desconexión entre los dirigentes y las necesidades reales del pueblo. Es tiempo de que los nariñenses se unan para reclamar lo que les corresponde: un trato justo, inversión adecuada y una defensa decidida de sus derechos por parte de sus líderes.

Aquí puede descargar el documento del presupuesto regionalizado NARIÑO

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