Por: Jorge Enrique Benavides A.
Mg. Derecho Constitucional y profesor Universitario.
Con ocasión del titular periodístico publicado en Página 10, el 8 de septiembre del ilustre periodista Pablo Emilio Obando de su columna titulada: “Intimidaciones al periodismo regional y a la libertad de Prensa. No disparen soy periodista” refiere con enorme preocupación por la censura publicitaria de un contratista del gobierno por el solo hecho de opinar e informar el derecho constitucional del pueblo al espacio público y otros aspectos relevantes sobre aspectos que empieza a trascender a otro nivel de alerta y preocupación y, debe ser de atención prioritaria y especial por la Defensora del Pueblo Nacional.
Insólito y preocupante que ésto suceda en el siglo XXI y más todavía en el gobierno popular del Cambio que hiere hondamente la sensibilidad periodística sino que cercena y amordaza, equivale a regar la tinta y silenciar la pluma de la inteligencia y vendar al pueblo del derecho constitucional a la libertad de prensa de informar y ser informado.
¿Qué fuera de una sociedad sin periodistas? una turba irracional de súbditos doblegados al Monarca, equivale a borrar la historia de la cuna de la filosofía y el pensamiento de la antigua Grecia con Heródoto, padre de la Historia.
No olvidar que el cuarto poder nace y crece a la par con los orígenes de lo humano de comunicarse con sus semejantes como lo refiere la historia con la obra de Gutemberg en 1.791 y su pura esencia informar, enseñar y alfabetizar al que no sabe y salir de la ignorancia y, los gobiernos deber ser garantes de la Libertad de expresar y difundir el pensamiento.
El periodismo nace de la necesidad de informar, es por ende el corazón de la democracia y cuando desde el poder se catapulta esta honrosa actividad, aquellos prefieren la elocuente sabiduría del silencio antes de lo impensable.
Ésta linda y liberal profesión se celebra el primero de febrero y, como periódico nace en Bogotá en 1791 como predicado racional que obliga a vivir en razón con acciones que ilustran para salir de la cueva del oscurantismo y por ende, son luz de la niña de los ojos del pueblo, es por tanto, el enlace y felicidad del universo de mirar sin indiferencias y de cumplir con el honroso empeño de contribuir al bien de la humanidad y el ejercicio de la libertad.
Recordemos que el periodismo nace con la ley 918 del 2004 y, se estableció el 4 de agosto el día del periodista en honor al general Antonio Nariño considerado el primer periodista del país un verdadero mártir y defensor de la libre expresión por cuya causa murió y el departamento desde el mar hasta el Galeras le hacen honor a su nombre.
Por ésta situación, pido al Presidente y demás miembros del periodismo nariñense la solidaridad para construir puentes dialógicos con el gobierno departamental y solicitar a la Defensora del pueblo nacional la intermediación para construir lazos de encuentro dialógico por la defensa del periodismo y la solidaridad con Pablo Emilio Obando y su familia y evitar la violencia al periodismo en la tierras de las violencias de los vientos del Sur.
Es fundamental defender los principios de libertad de prensa y promover un periodismo ético y responsable. Evitemos estigmatizar y el peligro en el marco de las violencias en los Vientos del Sur y defendamos el periodismo serio y responsable y evoquemos con vehemencia y orgullo patrio el nueve de febrero de 1791 el día del papel periódico en Bogotá por don Manuel del Socorro Rodríguez.
Su bandera y características del periodismo de claridad precisión y brevedad verbos de la acción de informar en positivo deben ser el faro del ejercicio libre y soberano del cuarto poder del periodismo en la hora que la imprenta avanza en las redes sociales como camino en el vehículo de la paz y la esperanza periodística que trasciende a la misma velocidad de la luz sobre todo por estos sucesos que ameritan la convocatoria de la crítica del periodismo y el respaldo del pueblo irredento que los aprecia y respeta.
Solidaria con Pablo Emilio un hombre de paz y de la pluma intelectual y llegó el momento del hacer alto en el camino y emular al connotado historiador y escritor Isidoro Medina y su sesuda publicación: “alto, no disparen soy periodista” es hora y tiempo de hacerle mueca al poder y a la necesaria genuflexa subsistencia por la dignidad y la seguridad del periodismo nariñense.
Cóndor Sabedor del Sur de los Andes.