Gracias padre Gallardo.

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El padre Gallardo como lo llamamos cariñosamente, Desde muy joven, mostró interés en la vida religiosa y en servir a la comunidad, se ordenó como sacerdote de la Iglesia Católica, y pronto comenzó a ejercer su vocación pastoral en varias parroquias del departamento de Nariño. A lo largo de su vida, el padre Gallardo se ha caracterizado por su sencillez, humildad y un profundo sentido de responsabilidad hacia los más necesitados.

La labor pastoral del padre Gallardo se ha enfocado en trabajar con comunidades vulnerables, promoviendo la justicia social, la paz y la reconciliación. Ha sido reconocido por su compromiso en la defensa de los derechos humanos y en la asistencia a personas de bajos recursos. Además, se dedicó a la educación y a fomentar la fe católica en jóvenes y adultos, mediante programas de catequesis y actividades parroquiales, participó en la corriente de la teología de la liberación, hizo parte del grupo Golconda que se inspiró en el legado del padre revolucionario Camilo Torres Restrepo.

El padre Gallardo también es recordado por su contribución a la cultura y a la espiritualidad en Nariño. A través de sus homilías y enseñanzas, inspiró a muchas personas a llevar una vida ética y comprometida con el bien común. Su labor ha sido valorada no solo en el ámbito religioso, sino también en la comunidad en general, ya que promovió la unidad y el respeto entre sus miembros.

Su legado continúa vivo en las obras que apoyó y en las vidas que tocó, como un sacerdote ejemplar, dedicado y profundamente humano.

La voz del padre Gallardo se escuchó en las movilizaciones de la gente de Nariño, cuando se levantó para reclamar con altivez sus reivindicaciones, como la refinería de Tumaco, la electrificación y las sentidas aspiraciones sociales y cívicas del departamento, siendo fiel el padre Gallardo con el compromiso social de la iglesia e hizo suyo el mandato de la reunión de obispos en la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Medellín en el año 1968 los que asumieron el compromiso de “Opción preferencial por los pobres”.

Inicié mi participación política de la mano del padre Luis Antonio Gallardo, era el año de 1978, cuando hice parte de La Juventud Trabajadora Colombiana la JTC, organización juvenil que impulsaban los jesuitas para contener el fervor por la revolución cubana, la cual conquistaba el corazón de jóvenes que consideraba que la lucha armada podía prender con su estrategia del foco revolucionario, e irradiarse por América Latina.

De la misma manera el padre Gallardo, impulsó por la misma fecha y con el apoyo de Pro juventud, la capacitación de los líderes y lideresas sociales con el centro de capacitación popular el CENCAP, un técnico en los tiempos de hoy, cursos de liderazgo, oratoria, desarrollo social y económico, desarrollo comunitario, proyectos productivos, ecología y desarrollo sustentable, entre otros, cursos de dos meses y que durante dos años, estudiamos en las noches en el colegio San Juan Bosco, porque siempre fue el interés del padre Gallardo de que la formación y capacitación debería ser una meta de las organizaciones sociales.

Hoy elevamos oraciones al arquitecto de la vida para que sane de sus dolencias de salud, que nos permita gozar por otros años más de la presencia del padre Luis Antonio Gallardo por ser un buen hijo de Dios.

Harold Ruiz Moreno

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