Ya habíamos dicho días atrás que estamos ante otro gran infarto del modelo económico neoliberal que da supremacía a las leyes del mercado. La pandemia del Covid19 que emergió y aún presente como un «cisne negro», esta afectando la vida de los seres humanos, pero también afectará el corazón y los pulmones del modelo económico imperante.
«No hay nada más ortodoxo que lo heterodoxo». Esta frase resume el también mal manejo que Donald Trump le ha dado a la pandemia en Estados Unidos. El magnate, fiel seguidor de Friedman y el libre mercado, ha dicho que prioriza la situación económica de la potencia mundial, por encima de los riesgos nacionales de la infestación. Se ha negado a declarar la cuarentena nacional y ha expresado que el «país no está diseñado para cerrar».
Observando desde nuestro Abya Yala la situación de Estados Unidos, en este momento estoy totalmente convencido de que los empresarios no deberían ser políticos, pues no tienen visión para ser estadistas, únicamente protegen sus intereses económicos y de industria corporativa. En este momento el país del norte tiene el tercer lugar mundial de contagio de Covid19 y en la gran New York los casos se multiplican por día.
Ante la angustia de Trump por presenciar la caída de sus empresas y de la economía del imperio, ha dejado de ser puritano neoliberal y ha vuelto al keynesianismo. Se ha vuelto heterodoxo. Hoy aplica un plan de salvamento a la economia y la industria, mucho mayor que los anteriores infartos del modelo neoliberal. Sus medidas son de extrema política fiscal y del Estado salvando al mercado. Las proyecciones de la economía estadounidense es de aumento del desempleo a una cifra superior al 20%. Kenneth Rogoff del Fondo Monetario Internacional ha dicho que la pandemia del Covid19 es algo como una «invasión alienigena».
Estamos a la puerta de una gran recesión mundial, tal vez mucho más fuerte que los anteriores infartos del modelo neoliberal y del mismo capitalismo. Muchos analistas vaticinan una gran depresión económica, de la que no saldremos hasta finales del presente año 2020. La mayoría de economistas en el mundo estamos releyendo teorías, modelos, experiencias para en primer lugar salvar la liquidez de hogares, de las empresas y del gobierno. En segundo lugar para proteger el empleo y los ingresos. Y en tercer lugar para comprender o reconstruir lo que significa el desarrollo y el papel del Estado.
Se busca afanosamente donde ponerle el bastón a la rueda desbocada de la recesión que se materializa asi: aparece la pandemia, se obliga a la cuarentena, se disminuye las ventas de las empresas por baja demanda, se baja la producción y el uso de la capacidad productiva, se pierden empleos o aumenta el desempleo, se bajan los ingresos de los hogares, no hay capacidad de compra y producción, los ingresos tributarios y el fisco caen para el Estado. Es un espiral envolvente negativo que lleva a la depresión económica con decrecimiento del PIB.
Necesitamos repensarnos. Es un momento clave de reflexión nacional y mundial. Hoy volvemos a la soberanía alimentaria y económica, al uso de las energías limpias, a la urgencia de priorizar las inversiones públicas en salud y educación, a la revisión sobre la estructura tributaria de equidad, al debate sobre acumulación o buen vivir.