Dije que no iba a escribir sobre esto antes de los eventos del domingo; dije que no iba a escribir sobre esto, después de los eventos del domingo; y aquí estoy, trasnochando y escribiendo sobre esto… otra vez… Pero cómo no hacerlo cuando un país completo se desborda en comentarios racistas y amenazas «en broma» cargadas de una narco-historia a la que pareciéramos aferrarnos como si no tuviéramos más legados. ¡Así que me aguantan! ¿Y todavía hay gente que piensa que los reinados son entretenimiento y diversión inocente? Lo dije en febrero, cuando tuvimos Miss Universo y lo repito ahora, que volvimos a tener Miss Universo por 4 minutos: el verbo «coronar» le ha hecho mucho daño a este país.
No voy a repetir mi diatriba contra los reinados y toda la violencia que encierran contra la mujer, pueden leer ese post aquí, pero sí voy a darle continuidad a una idea esbozada en ese texto escueto pero sentido: los reinados, tradiciones venidas a menos como las corridas, sacan lo peor de nosotros Y ESTA VEZ TOCAMOS FONDO.
Cómo es posible que se le desmorone el mundo a medio país por la estrategia mediática y amarillista de la nueva organización el error del presentador? Entiendo la tristeza por Ariadna, la mujer sometida a una nueva modalidad de humillación en ese circo, me solidarizo con ella, con la mujer a la que le rompieron su sueño en público, en TV mundial; pero aclaremos algo, esta vez la víctima fue ella y creo que a la larga sabrá capitalizar el impase, por lo pronto ya tiene la empatía de todo el universo mundo y dio una lección magistral de dignidad y clase, pero este tipo de concursos cobran víctimas todo el tiempo y sin finales felices, quizás no con tanto bombo y platillo, pero sí con enfermedades físicas y mentales o se olvidan de la niña quemada por ácido por otra concursante en una de esas competencias de belleza?, eso es más indignante que perder una corona pero no nos rasgamos las vestiduras porque no era la reina, cierto?.
Hablemos también del racismo con el que respondimos, la violencia como mecanismo de defensa, los insultos, amenazas a Steve Harvey y los infaltables memes de Escobar (realmente de Andrés Parra) con su libretica que ya hacen parte del imaginario colectivo colombiano -horror-; hablemos de ese sentimiento de inferioridad que se evidencia cuando buscamos todo tipo de explicaciones para explicar que perdimos, porque si perdemos es complot, todo lo del pobre es robado, NOS ROBARON LA CORONA (otra vez), como describe perfectamente mi gran amiga y activo fijo de este blog, Marta Bermúdez. Y lo mejor, la explicación que muchos le encontraron a tanto sufrimiento: el color de piel del presentador, porque claramente, si Steve hubiera sido blanco, ganaba Colombia… Aprovecho para traer a colación un tuit que refleja esa permisividad con el tema, que no esconde más que un racismo espantoso que nos carcome Y NO ES CHISTOSO, BAJO NINGÚN CONTEXTO (sobra aclarar que el labial rojo le queda a cualquier tipo de piel, no sean bobitas).
En fin, no me desgastaré en eso porque ya lo hice en Twitter el viernes pasado, pero por favor, amor propio en dosis grandes y diarias. Amor propio para no mandar a nuestras niñas a medirse en belleza con otras, amor propio para no ridiculizarnos con estas idioteces (por favor dejen de escribir comentarios ofensivos en la cuenta de Instagram de Óscar D’León), amor propio para entender que un reinado no significa NADA, que pretender demandar a esa organización es un absurdo que no se debe tolerar ni el día de los inocentes, amor propio para dejar de creer que esa corona hace algo por Colombia como para entender este suceso como una afrenta nacional, amor propio para dejar de armar teorías de conspiración y comprender que esto no tiene nada que ver con el Galeón, con el mar de San Andrés, ni con torneos de fútbol (se embobaron en serio).
Definitivamente este país no está preparado para ningún posconflicto porque el conflicto lo llevamos dentro… Qué tal si comenzamos por anular estos obsoletos concursos, por dejar de darles cabida en los medios y dejamos de mandar niñas a esa exhibición troglodita y en vez de esto nos preocupamos más por preparar mujeres con autoestima fuerte y cero racismo? Just saying… el error no fue del concurso, ni del presentador, el error es de todos los que siguen creyendo y alcahuetando esa clase de eventos nefastos para cualquier mujer.
Ita María (Ángela María Díez). Economista caleña de la universidad ICESI, especialista en mercadeo de moda y redes sociales con amplia experiencia en la industria textil-confección-moda latinoamericana. Editora en jefe del blog www.delamodayotrosdemonios.com y consultora independiente de mercadeo de moda digital. Actualmente radicada en Bogotá.
Twitter: @itamaria83
Facebook: De la moda y otros demonios
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