«No tengo duda en afirmar que empecé en la política de la mano de un grande»: Jesús Eraso.

Por: Jesús Eraso- Diputado del Departamento de Nariño.

De todas las fotos elegí esta por varias razones:

1) Porque fue tomada en El Rosario. El Senador amaba su tierra como buen Nariñense, disfrutaba recorrerla, estar con la gente, visitar a los amigos y disfrutar de su compañía. Lo hacíamos sin prisa, siempre se salía una hora antes de lo habitual para ir comiendo mandarinas, bajándonos a tomar café y una que otra foto.

2) Porque está de azul. Fue un buen Conservador, un buen legislador, de los pocos que sabía y tenía claro que al Congreso se iba a hacer leyes y a reformar la Constitución. Ese legado es para la historia, se estudia y se seguirá estudiando en las facultades de derecho. Fui testigo de cómo Álvaro Uribe, Horacio Serpa, Claudia López, Fernando Carrillo, decenas de Ministros lo llamaban a consultarle y a preguntarle sobre los temas que transitaban en el Congreso. Hoy el Congreso se queda sin su decano, sin su consultor y Nariño sin una voz.

3) Porque se lo ve contento. El Senador era una persona muy solemne en el Congreso, pero muy afectuoso en su hogar. Los que compartimos con él sabemos de su sentido del humor, de sus anécdotas, de sus infinitas historias que disfrutaba contar al pie de un buen café con Panela, unas papas crocanticas de La Merced y al lado de su buen amigo Framarino y su cómplice Ademelio.

4) Porque transmite ese entendimiento que teníamos. Muchas personas quizá jamás comprendan la facilidad de entendimiento que teníamos con el Senador, era como si nos leyéramos la mente, íbamos en la misma onda y nos conectábamos de una con lo que estaba pasando y con lo que teníamos que hacer. Me gané la confianza y el cariño del Senador sin buscarlo, fue una amistad que se fue formando en Bogotá entre los edificios del Congreso de la manera más desinteresada y pura. Yo sé que él me quería y me tenía afecto de ese sincero, así como yo a él, un afecto que va más allá de lo político y era un afecto sincero como el que tiene un padre hacia un hijo, porque así me siento hoy, como un hijo que perdió a su soporte, a su mentor, a su consejero y a su amigo.

5) Porque estábamos en campaña. El Senador fue quien creyó en mí y en mis capacidades, me abrazó y juntos llegamos a la cima contra viento y marea, fueron meses muy duros, con batallas que solo él y yo dimos en silencio, meses intensos pero de muchos aprendizajes. No cabe duda que haber sido Candidato a una Asamblea a mis 26 años ha sido de los retos más grandes de mi vida, pero lo asumí porque tenía no a un “padrino político”, sino a un mentor y a un amigo que me apoyaba como cuando uno apoya a sus amigos en sus ideas locas.

Recorrimos Nariño y estábamos listos para recorrer Colombia explicándole a la gente lo que se ha hecho y lo que se pensaba seguir haciendo, teníamos un viaje pendiente al Chocó en estos días. Desde campaña y hasta hace unas semanas recibía sus sabios consejos de cómo proceder en infinitas situaciones que se nos presentaron, unos consejos valiosos: “el prestigio se construye toda una vida, el desprestigio toma un segundo, prudencia hijo”, otro muy importante “no abras la boca cuando no sepas del tema, ni cuando estés enojado, mucho menos cuando estés nadando”, y uno que por mas lógico que parezca es cada vez más real y a la vez más difícil de comprender: “La política es el arte de lo imprevisto”. Sabios consejos que seguiré aplicando en mi proceder de aquí en adelante. No tengo duda en afirmar que empecé en la política de la mano de un grande.

Hoy estoy seguro que seguirá acompañándome en este camino, hoy me duele su partida y solo él desde allá arriba sabe lo que estoy sintiendo y el dolor que tengo, porque como lo dije anteriormente, solo él y yo nos comprendíamos en muchas cosas.

Gracias por este bonito recorrido, gracias por todo, descanse querido amigo, descanse querido maestro, algún día nos volveremos a ver y espero poder escuchar nuevamente un “estoy orgulloso Chucho” porque como usted me dijo “para seguir en esto solo necesitas un respaldo, el mío”.

A la familia Enríquez Caicedo gracias por permitirme compartir con su señor padre y esposo.

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