De terrorista a santo, una historia gestada en el sur.

Grato encuentro con el historiador, empresario y artista Isidoro Medina Patiño en las instalaciones de LIBRERÍA SHIRAKABA.
En la reunión estuvieron presentes el catedrático FRANCO ANDRADE y el actor colombiano HEBERT FRANCIS SUÁREZ, valor nariñense que participó en novelas y producciones colombianas como DÉCIMO GRADO.
El 14 de diciembre de 2003 el diario capitalino EL TIEMPO realizó una interesante reseña sobre este personaje llegado desde España a Pasto: «El primer sacerdote guerrillero que pisó tierras colombianas no fue Camilo Torres ni el Cura Manuel Pérez. Se llamaba Manuel Ignacio Santa Cruz, vasco por más señas, venía huyendo de Europa, donde el rey Alfonso XII de España condenó a muerte, e hizo fama por sus atentados terroristas con dinamita».
El historiador ISIDORO MEDINA PATIÑO relata que «Santa Cruz nació el 25 de marzo de 1842 en Elduain, País Vasco español, la misma región donde nació San Ignacio de Loyola. Una región en la que se ama a San Ignacio. Por eso los padres le pusieron Ignacio y lo mandaron al seminario para que fuera sacerdote , dice Medina. Llegó a ser tan peligroso que el rey le puso precio de 40.000 reales a su cabeza en 1876. Era un maestro para huir de las cárceles y evaporarse de todas partes. Fue pionero en la guerra de guerrillas contra los ejércitos regulares de la Corona. Su estrategia era paralizar las comunicaciones en España: dinamitaba puentes, trenes, torres de telégrafos».
Un personaje siniestro que no dudaba en utilizar dinamita para sus fines terroristas, enemigo de los liberales y el pensamiento libertario, «En su libro Don Manuel, el temible cura guerrillero, Medina hace un recorrido por los autores de la época que lo describen como el párroco del pueblo de Hernialde que un día tomó las armas dentro de la Tercera Guerra Carlista (defendían a Carlos María Isidro de Borbón), una insurrección social conservadora de los católicos españoles contra las ideas liberales representadas por Alfonso XII, quien al final resultó triunfante».
Comenta el doctor ISIDORO MEDINA PATIÑO que «Este libro se me volvió un conflicto, porque no hallaba cómo justificar ante los lectores un libro sobre ese cura que fue el terrorista más buscado, cuya arma principal era la dinamita, y sobre el cual escribieron los hombres más destacados de la generación del 98 de España. «
En el año de 1892 arriba a Pasto y » comenzó a llamarse Manuel Loydi. Daba clases de inglés, francés y latín en el Colegio Javeriano. Llamaba la atención por su vestimenta totalmente destruida; parecía un limosnero. En 1899 estalló la Guerra de los Mil Días y en ese momento, cuenta Medina, se encuentran en Pasto tres personajes: Pedro Schumacher, el obispo perseguidor de los liberales del Ecuador, desterrado por el presidente Eloy Alfaro por su fanatismo religioso; el obispo español Ezequiel Moreno, que desde el púlpito gritaba que el liberalismo era pecado, y Santa Cruz . Los dos obispos saben que a una cuadra del palacio episcopal vive el más famoso terrorista y guerrillero español, y lo llaman a que participe en la guerra: lo hacen nombrar general del ejército conservador del sur. El no acepta ser militar, pero sí se encarga de las estrategias militares y se hace muy famoso. «
Durante el desarrollo de su investigación el escritor ISIDORO MEDINA PATIÑO recorrió el poblado en el cual vivió el cura Terrorista y santo y cuenta que» Me metí tanto en el personaje que me temblaron las piernas y se me escurrieron las lágrimas de la emoción. Allí encontré sus prendas de sacerdote, conservan unas 20 sus casullas, apolilladas; la ropa; la cama; su Biblia; sus libros; su armonio, muy destruido. Todo como lo dejó cuando murió, el 10 agosto de 1926″ .
Un texto interesante, aleccionador y de grata lectura. Lleno de apasionamiento y de profunda y culta investigación: *En mi libro muestro que fue un hombre de Dios, y que para ir al cielo no se puede ser liberal, porque el Vaticano solo lleva a los conservadores».
Felicitaciones al doctor ISIDORO MEDINA PATIÑO, todo un personaje de la región. Le deseamos éxitos en sus emprendimientos culturales.

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