Por: Manolo Villota Benítez
1962 fue un año de cambios para Colombia. El entonces presidente, Alberto Lleras Camargo, estaba por terminar el primer mandato del Frente Nacional; 16 años de poder repartidos entre liberales y conservadores que regularon la violencia del país. Ese mismo año Guillermo León Valencia tomaría las riendas y tendría que lidiar, entre otras cosas, con la caída del precio del café, el déficit fiscal y el aumento del desempleo.
Sin embargo, también fue el de una de las hazañas deportivas más importantes de la historia nacional. Un grupo de 22 jóvenes había logrado, por primera vez, clasificar a un mundial de fútbol. Fue en Chile. El director técnico era el argentino ex goleador de River Plate, Adolfo Pedernera.
Colombia compartió el grupo A junto con Yugoslavia, Uruguay y La Unión Soviética. Los partidos se jugaron en la ciudad de Arica. Aunque la selección quedó en primera ronda al ser vencida por Uruguay y Yugoslavia, fue un empate, de 4-4, contra la Unión Soviética, el recuerdo más destacado de aquella primera participación.
El hecho motivó el orgullo de un país que aún no se apasionaba tanto por el fútbol como sucede en el presente. Hace poco me topé con cuatro entrevistas que realicé a los protagonistas de ese suceso y que se habían refundido en mi archivo personal. El material es producto de un encargo que años atrás me había encomendado un medio nacional en busca de celebrar el aniversario cincuenta del suceso.
Por razones que no vienen al caso, nunca publiqué el resultado de esa reportería, así que hoy, con ocasión del mundial Qatar 2022, decidí traer en esta nota tan solo una parte de lo que aquellos hombres me dijeron. Tres de ellos ya fallecieron: Marco Coll en 2017, Efraín Sánchez en 2020 y Héctor González en 2015. Aún vive Hernando Tovar que para este año ajustó 85 de edad.
Héctor “El Zipa” González
Héctor González apodado “El Zipa” luego de su paso por el mundial, jugó en Independiente Santa Fe, equipo que hoy en día lo reconoce como una de sus grandes glorias. En 1969 se retiró del fútbol como miembro del Deportes Tolima. Cuando el deporte se volvió pasado, González decidió ejercer como abogado y fundó una inmobiliaria junto con su suegro.
Sobre su paso por aquella selección “El Zipa” resalta que fue un ciclo importante de la vida. Su gol metió al equipo al mundial de Chile cuando en eliminatorias empataron ante Perú en el partido de vuelta. “Fue un sueño cumplido, más en aquellos tiempo dónde tal vez el presupuesto no era el más alto ni salíamos a jugar al extranjero, definitivamente fue un orgullo”, dice.
Efraín “Caimán” Sánchez
El arquero de la selección de 1962 también fue uno de los primeros en jugar en el extranjero; participó en el torneo argentino con San Lorenzo de Almagro. Su trayectoria nacional incluyó al Independiente Medellín, Deportivo Cali e independiente Santa Fe. Luego de Chile 62 Sánchez continuó su carrera profesional hasta sufrir una lesión de rodilla que lo sacó de las canchas por un tiempo. Empezó su carrera como director técnico de la selección Colombia juvenil y luego con la de mayores alcanzó el subcampeonato de la Copa América de 1975.
“El caimán”, recordó con cariño aquel mundial que, según él, aparte de ser el máximo honor al que puede aspirar un futbolista colombiano, también fue un caso especial “porque abrimos el camino para todos los que vinieron detrás nuestro, toda esa nueva generación de jugadores”, dice.
Hernando Tovar
Este economista de la Universidad Nacional, luego del mundial de 1962 continuó su carrera en Independiente Santa Fe hasta 1966. Retirado del fútbol Tovar decidió emprender su propio restaurante en el centro de Bogotá.
Sobre aquella generación mundialista recuerda a su grupo como “grandes muchachos y buenas personas”. Destaca bastante la gestión del técnico argentino Adolfo Pedernera en la articulación del equipo, también la ardua preparación previa al torneo que se llevó a cabo en la ciudad de Palmira. “Para uno como jugador activo el mundial es la culminación de una época”.
Marcos Coll
“Yo creo que ese balón entró porque Dios me respaldó”, dice Marcos Coll al hablar del único gol olímpico marcado en la historia de los mundiales de fútbol. “Las felicitaciones por esa anotación las recibí de ahí en adelante, por el resto de mi vida”.
Luego del mundial Marcos Coll continuó jugando en el fútbol profesional colombiano con América de Cali y posteriormente culminaría su carrera con el Atlético Junior en 1971. Ya retirado Coll se dedicó a la enseñanza del fútbol en escuelas deportivas en la Costa Atlántica hasta su jubilación definitiva.
Cuando Coll habló sobre Chile 1962, sus palabras reflejaron el cariño y el orgullo que le significó ser parte de esa selección: “muchos compañeros se han ido a lo largo de los años, pero siempre los llevaré en mi corazón”, dijo. Recordó que al momento de viajar a Chile su despedida no generaba muchas expectativas, pero, luego del papel que desempeñaron el recibimiento fue descomunal.