Francisco Peña, Ramiro Tovar y Hernando Augusto Ruiz son los Personajes 10.

Francisco Peña, Ramiro Tovar y Hernando Augusto Ruiz:  sembradores de palmas en Nariño

En el Parque Infantil de Pasto sobre la calle 18  hay una palma solitaria que alegra a quienes llevamos décadas observándola. De esa palma y, en general, de las palmas que hay en Nariño, se enamoraron el ingeniero agrónomo Luis Francisco Peña Pino, (San Agustín, (Huila), 3 de agosto de 1946), el economista Ramiro Tovar (Guaitarilla, 19 abril de 1946- Armenia 25 de febrero de 2018) y Hernando Augusto Ruiz Eraso (Berruecos, 13 de abril de 1939 -Pasto, 10 de junio de 2021).

En 2009, los profesionales mencionados le presentaron a Corponariño un proyecto para la multiplicación de distintas especies de palmeras, para cumplir ese propósito, contaron con la colaboración de Javier Astaíza, ingeniero forestal de esa entidad. Luego de aprobarse el proyecto, los líderes de la iniciativa comenzaron la recolección de semillas consiguieron  un poco más de 11.000 semillas, las sembraron, supervisaron su germinación, anotaron la evolución de las plantas; posteriormente, las sembraron o las donaron a instituciones y personas del departamento de Nariño y de otros lugares. En la  última fase del proyecto (2011-2013), El SENA albergó la mitad de las palmas.

Hoy en día, esas palmas crecen vigorosas y se convierten en un motivo de confianza para las personas que creemos que las acciones individuales y de las entidades que se comprometen con esos fines, contribuyen a la preservación de estos árboles en los paisajes de Colombia y Ecuador; porque se constituye en una acción concreta para amparar nuestro medio ambiente.

Con el propósito de conocer más detalles de este proceso, Página 10 entrevistó por internet al ingeniero Francisco Peña, alma del proyecto; entretanto, Ramiro Tovar y Hernando Augusto Ruiz Eraso, nos acompañan desde el cielo.

Francisco, en nombre de Página 10 quiero agradecerle por esta hermosa iniciativa que usted, junto con sus amigos adelantaron en silencio y cuyos frutos hoy son una realidad, porque esas palmas se observan en espacios públicos y privados del departamento de Nariño como se aprecia en la foto que acompañan el escrito.

  1. ¿Qué es una palma endógena?

Las palmas endógenas o palmas nativas son aquellas que son originarias de un territorio determinado. En nuestro caso la palma de coco (Parajubaea cocoides), una de las palmas que reproducimos, tiene como lugar de origen el departamento de Nariño, la región andina del Ecuador y el norte del Perú, en el departamento de Piura.

  1. ¿Cuáles son las características generales de las palmas endógenas que estudiaron y plantaron cuyos nombres populares y científicos son: palma de ramo (Cerxylon parvifrons), palma de cera (Ceroxylon ventricosum), palma de cera crespa (Ceroxylon vogelianum) y palma de coco (Parajubaea cocoides)?

Las palmas del género botánico Ceroxilon que usted menciona crecen a alturas entre los 2.000 y 3.000 msnm, igual ocurre con la palma de coco, que crece en alturas entre los 1.700 y 3.100 msnm, por lo cual, son especies que se pueden sembrar en los espacios urbanos de la ciudad de Pasto y de todas las ciudades y poblaciones con esos rangos de altura. Para la siembra en las ciudades tienen como ventaja que no desprenden hojas de manera permanente, desprenden una cada seis meses, entonces, no hay basura en los lugares donde crecen; por otra parte, desde el punto de vista del paisaje urbano, lo alegran y lo embellecen; tal vez, les ganan en las ciudades los árboles que florecen como el ocobo o guayacán.

Las palmas tienen una vida mayor a los 200 años, edad que solo alcanzan los árboles de gran tamaño como las ceibas. Las palmeras no dañan el pavimento de las calles de las ciudades, por lo cual, se pueden sembrar en los separadores de las avenidas o en los parques, sin ningún temor. La palma de coco es una especie domesticada, no encontramos reportes de que hubiese ejemplares silvestres en los bosques de la región.

La palma de coco florece durante todo el año, es monóica y es relativamente fácil recolectar la semilla cuando cae al suelo. Las palmas del género Ceroxilon son dioicas, florecen una vez en el año, durante el mes de mayo y los frutos están maduros a finales de junio y principios de julio.

  1. ¿Por qué en Nariño es necesario sembrar palmas nativas?

Las palmas nativas tienen la gran ventaja de ser lugar de anidación de ciertas especies como el águila curiquinga, sus frutos son alimentos de ardillas y ratones cuando están sembradas en espacios abiertos. Las especies arbóreas traídas de otras latitudes como el eucalipto, el ciprés y el pino no son usadas por las especies de aves nativas para anidar.

Diríamos que en general las palmas del género Ceroxilon tambien son el abrigo y sitio de anidación de aves nativas. Las palmeras mencionadas son resistentes a las heladas, resistencia que no tienen las especies traídas de otras latitudes como la palma denominada palma de Popayán, o la palma reina introducida desde Australia.

  1. ¿Cómo surgió el proyecto?

El proyecto para multiplicar las palmas surgió por el deseo de sembrar árboles o palmas en la Comuna 8 de Pasto, algunos de cuyos barrios son: Mariluz I, II y III, Panorámico, San Vicente, San Juan de Dios, Quintas de San Pedro y Altos de la Colina. Barrios  que no tiene sembrados ni siquiera 50 árboles, después de estudiar distintas especies, se decidió trabajar con las palmeras y en especial por la palma de coco (Parajubaea cocoides) y las palmas del género Ceroxilon que son endémicas de Nariño. Se planteó la idea al ingeniero Astaiza de Corponariño y se elaboró el proyecto que fue aprobado.

  1. ¿Cuál fue el aporte de Corponariño?

El proyecto contemplaba la recolección de semillas, la siembra, la compra de bolsas de polietileno para almácigo, el cuidado del almácigo y la edición de un volante con información sobre palmeras. Corponariño aportó recursos económicos para el efecto, aunque terminamos haciendo gastos por un monto mayor que salió de nuestro bolsillo. También Corponariño nos facilitó un espacio en el vivero y ahí se sembraron las semillas de palma.

  1. Recogiendo las semillas, ustedes debieron vivir buenas experiencias y posiblemente, otras no tan positivas, por favor, cuéntenos algunos de esos momentos.

En el momento en que hicimos la recolección de semillas de la palma de coco en Pasto, encontramos aproximadamente 77 palmeras ubicadas en patios y solares de viejas casonas de la ciudad. Solo había dos palmas en espacios públicos, la del Parque Infantil y la del actual Parque del Tránsito, que antes de la inundación del río Pasto era el solar de una casa. En nuestro recorrido por los municipios de Nariño encontramos 670 palmas, las cuales están georreferenciadas y fotografiadas.

En algunas de las casonas nos recibían bien y nos permitían recoger las semillas, en otras familias nos impidieron el ingreso para la recolección  de esta palma; recolectamos cerca de 8.000 semillas. De las palmas Ceroxilon se recogieron y compraron otras 3.000 semillas. Las semillas de Ceroxilon fueron recolectadas en el Valle de Sibundoy, la Laguna de la Cocha y en el corregimiento de Santa Bárbara, lugares que visitamos y en los cuales pudimos hacer contactos con lugareños que hicieron la recolección de la semilla, desde luego, que hubo que pagarles por su trabajo y por su tiempo.

  1. ¿En dónde las sembraron? ¿Quién las cuidó?

Las semillas se sembraron en el lugar que nos asignó Corponariño. En un espacio del vivero, se hicieron eras y las semillas se dispusieron en eras, no se les hizo ningún tratamiento. No conocíamos el comportamiento de las semillas, y en la medida en que fueron germinando comenzamos a conocerlo. El cuidado de los semilleros lo hicimos Hernando, Ramiro y yo. Las primeras semillas se sembraron en marzo y en el mes de septiembre germinaron las primeras semillas. Debido a que una característica de las palmas es que crecen lentamente, los semilleros y los almácigos hubo que cuidarlos por espacio de cuatro años. Los tres íbamos a Corponariño dos mañanas o dos tardes en la semana para desyerbar, llenar bolsas, sembrar las plántulas en las bolsas. Cuando ya tuvimos alguna experiencia, por lo arduo del llenado de las bolsas, pues había que picar la tierra, cernirla y por último llenar las bolsas y sembrar, optamos por sembrar las semillas en las bolsas y no en las eras. Se colocaban tres semillas por bolsa, habida cuenta que de tres semillas sembradas germina una.

  1. Cada especie debe tener un tiempo propio para germinar, ¿cuáles son esos tiempos?

Las palmas del género Ceroxilon germinan a los seis meses, en cambio, la palma de coco (Parajubaea cocoides) comienza a germinar a los seis meses y a partir de ese momento, después de sembradas, siguen germinando hasta los cuatro años; se caracteriza porque su germinación es muy irregular y espaciada en el tiempo.

  1. En su investigación también investigaron sobre la Archontophoenix cunninghamiana, palma reina, oriunda de Australia, ¿por qué estudiaron una especie endógena? ¿Qué riesgos asumen las sociedades cuando plantan especies foráneas?

La palma de Popayán o palma reina, Queen palm, para los australianos; es una palma nativa de Australia, como todas las especies vegetales introducidas del sur, como el eucalipto, se desarrollan rápidamente en el trópico, por esto se ha vuelto común y apreciada. Sin embargo, en Ipiales se sembró en algunos espacios públicos, su desarrollo fue escaso y las heladas acabaron con muchas de ellas, esta palma muere cuando es atacada por una helada. Se sembraron unas doscientas semillas de esta palma que se trajeron de Popayán.

  • ¿Qué sentimientos experimentaron cuándo las semillas empiezan a germinar?

El día que descubrimos en el semillero la primera semilla germinada sentimos una gran alegría, era el fruto del todo el trabajo hecho y la esperanza de tener muchas palmeras más.

  • Hoy en día, ¿en manos de quién están las palmas?

Llegó el momento de finiquitar el proyecto y en Corponariño se quedaron con la mitad de las palmas que habíamos cultivado durante cuatro años, la otra mitad quedó en nuestras manos y el Servicio Nacional de Aprendizaje SENA, en el Centro Latinoamericano de Producción Limpia nos facilitó un espacio para trasladar el almácigo. Desde ahí comenzamos la distribución, en el SENA quedaron plantadas aproximadamente 130, en la Universidad de Nariño se sembraron 50 y la gran mayoría se entregaron a personas amigas que disponían de un espacio dónde sembrarlas en Pasto, Berruecos, Buesaco y Funes.

Una joven palma plantada en el corregimiento de Buesaquillo.

  • Francisco, cuando transita por Pasto y observa cómo crecen las palmas que ustedes les dieron la oportunidad de vivir, ¿Qué siente? ¿Qué piensa?

Era nuestra intención sembrar las palmas en lugares públicos, pero los trámites para hacerlo son muy engorrosos, pues las entidades son muy celosas con sus trabajos y sus espacios. Hay unas pocas a la vista de todos, en Coomeva frente a Unicentro, en el pequeño parque del barrio Panamericano y en una zona verde que divide los barrios Mariluz y Quintas de San Pedro. La emoción de verlas crecer y desarrollarse es grande, a pesar de su lento crecimiento. En la actualidad,  espero verlas crecer, florecer y producir los primeros coquitos, esto sucede aproximadamente entre los ocho y diez años despues de la siembra. Es gratificante sentir que son nuestras palmas a pesar de que ya no nos pertenecen.

  • ¿Qué otras palmas de nuestras selvas y zona Andina nariñense considera que deben ser objeto de siembra?

Existe una palmera de las selvas de la llanura del Pacifico, más exactamente en el municipio de Tumaco que se conoce como Palma Real de Tumaco (Attalea tolenda), se encuentra en peligro de extinción y valdría la pena hacer un trabajo para multiplicarla y repoblar la zona de origen de manera que se pueda aumentar su población significativamente.

  • ¿Este proyecto se puede replicar para contribuir a la recuperación de otras especies nativas? ¿Qué tendrían que hacer esas personas?

Desde luego, el proyecto puede replicarse con las mismas u otras especies de palmeras o de árboles maderables como el comino o el cedro, especies que tambien están en peligro de extinción.

Francisco,  en nombre de la sociedad nariñense reitero mi gratitud a usted, a Ramiro, a Hernando Augusto, a Javier  y el apoyo de Doris, su esposa,  por darnos este maravilloso regalo de vida; además de contribuir al conocimiento científico de las condiciones en las cuales se plantan estas semillas y las particularidades de su germinación. Y, al mismo tiempo,  demostrar que las acciones individuales bien encaminadas contribuyen a la conservación de  nuestro medio ambiente.

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