Homenaje biográfico al doctor Luis Delfín Insuasty Rodríguez, el más grande pedagogo de América y el papá del modelo INEM.
Por: Magister Jaime Ramiro Guerrero Vinueza.
Prólogo
El departamento de Nariño encuentra en las páginas de su historia, hechos realmente conmovedores y que deben llevarnos a una reflexión profunda sobre la manera en que los hemos abordado o ignorado. El autor de esta misma historia, la que hoy nos ocupa, el escritor y docente Pablo Emilio Obando A., nos relata en una de sus crónicas la odisea del inventor Julio Cesar Benavidez Chamorro, nacido en Gualmatán en la vereda de Cuatis, que poseedor de una gran inventiva desarrolla una idea aerodinámica y da a conocer su aeromóvil. Viaja a Bogotá a presentar planos, la idea y un posible prototipo; debe regresar decepcionado de sus esfuerzos, vencido en sus pretensiones y desilusionado de sus compatriotas. En Nariño es ignorado, su muerte marca el inicio de una era regional.
Acontece igual con una figura joven y señera: Tomás Hidalgo Calvache, escritor, sabio, poeta, poliglota, traductor de Homero y Virgilio, historiador, decimista y un luchador por las causas regionales. Por aquel entonces, en sus días, la región que hoy comprende el departamento de Nariño hacia parte del Gran Cauca. Se hacía necesario izar la bandera de la autonomía y en tal sentido viaja a Popayán a presentar su monumental obra. Su osadía independentista del Cauca le cuesta la vida, cae asesinado el 31 de octubre de 1895 en el Puente del Humilladero. Su obra se pierde y sobre su nombre se tiende un manto de sombra y de silencio. Hasta nuestros días su gesta apenas es conocida por algunos intelectuales e investigadores.
Acontece algo similar con la egregia figura del poeta de todos los verdes AURELIO ARTURO MARTINEZ, cuya gesta poética sobrepasa los límites de la creación o de la imaginación y que gracias a la fuerza delicada de su palabra fue considerado por la UNESCO como el poeta del Siglo XX. A pesar de los esfuerzos realizados por gobernantes y academias, su nombre es aun casi que desconocido para la gran masa de nariñenses que no alcanzan a dimensionar su estatura poética y literaria.
Sucede lo mismo con uno de los escritores más destacados de nuestra historia. Plinio ENRIQUEZ, autor de la novela CAMERAMAN, considerada por puristas y prosistas como una de las creaciones literarias más representativas de la literatura nacional y americana, pero que desafortunadamente no hemos sido capaces de una sola edición en el departamento de Nariño como homenaje a su trayectoria y grandeza espiritual.
Qué decir del educador MANUEL GUSTIN ORDOÑEZ, creador del más novedoso método de lectoescritura en Colombia y autor de uno de los textos considerados best seller en la historia nacional. Se trata de ALEGRIA DE LEER, cartilla en la cual aprendieron a leer y escribir muchas generaciones de compatriotas, pero que desafortunadamente fue usurpada y plagiada por Evangelista Quintana, como reiteradamente los ha demostrado el intelectual nariñense Vicente Pérez Silva.
Son muchos los casos e innumerable la lista. Y, justamente, encontramos entre este largo y tedioso inventario, el nombre de un educador que descolló en el ámbito mundial debido a su preclara inteligencia, su erudita preparación y su capacidad de visionar futuros en la educación. Pero, más allá de ello, capaz de volver realidad los más profundos anhelos y deseos de muchas generaciones de jóvenes, adolescente, niños y adultos en todo el territorio colombiano y en gran parte de nuestro planeta. Se trata del pedagogo LUIS DELFIN INSUASTY RODRIGUEZ, investigador, escritor, planeador, visionario, catedrático, traductor, educador, asesor, funcionario y trotamundos. Una figura que apenas empieza ser conocida en nuestro departamento y al cual le debemos homenaje de gratitud y reconocimiento.
El pedagogo LUIS DELFIN INSUASTY RODRIGUEZ es conocido como EL PAPÁ DE LOS INEM y dueño de una creatividad y una inventiva capaz de romper paradigmas en el ámbito educativo. Un verdadero MAESTRO DE MAESTROS que supo encauzar y canalizar las fuerzas de la historia hacia regiones insondables y hasta entonces inexploradas. Nos cuenta la historia que nace en la población de Yacuanquer en los albores del siglo pasado (1930) cuando las condiciones sanitarias y educativas no eran las mejores para el país, mucho menos para aquellos nacidos en la provincia y dentro de ella en localidades lejanas y distantes. Se educa en condiciones de pobreza y rodeado de limitaciones de todo tipo, pero alcanza el cenit de la gloria impulsado por su desbordante inteligencia y su deseo de llevar paz, progreso y fraternidad al mundo entero.
En 1968 presenta al entonces presidente de Colombia, doctor Carlos Lleras Restrepo, una propuesta que no solo revolucionaria el sistema educativo colombiano, sino que nos colocaría en la vanguardia de la educación en el mundo. Se trata del modelo INEM que irrumpe en un momento en el que la educación requería un verdadero respiro y una oxigenación en sus fundamentos. Como le expresé en renglones anteriores, rompe paradigmas fundando, creando y generando un estilo que difícilmente se podrá repetir. Quienes lo conocieron y trabajaron con él durante esos días expresan que “Con su carisma, su extraordinaria preparación y su entrega sin límites a la tarea emprendida fue mostrando que la pasividad y la indiferencia no tienen acogida cuando se trata de emprender una misión para el beneficio y bienestar de todos. Asumir el rol personal con dedicación y verdadera pasión por el trabajo, con honestidad y actitud desprevenida, pero critica y siempre abierta al cambio, fue la lección que quedó a quienes tuvieron la suerte de acompañarlo en sus vivencias como ser humano”.
Con lujo de detalles explica al gobernante de turno, sus ministros y asesores una iniciativa que inmediatamente es acogida y puesta en marcha en varios departamentos del país. Debido a su preparación, sapiencia y conocimientos profundos es escuchado con reverencia y consultado permanentemente. Ponen a su disposición un equipo de trabajo cualificado y dan visto bueno a ese modelo educativo que fueron los INEM y que marcaron a la generación de los 70, alcanzando grandes logros en las juventudes de los años 80 y 90. Nunca antes en la historia nacional se había concebido proyecto de tal ambición y magnitud, de tal manera que los cimientos de la educación se refundan en sus criterios y conceptos.
La década del 70 arranca su calendario con la presencia de unas infraestructuras únicas, novedosas y dignas. Muchachos pobres y de barriada acuden a sus aulas en búsqueda de una instrucción que les permita adquirir unas herramientas técnicas y tecnológicas para su lucha desigual contra la vida y sus circunstancias de marginamiento. Encuentran lo que nunca habían encontrado, ni siquiera en sus hogares y mucho menos en sus más profundos pensamientos: la posibilidad de ascender en la escala social merced a los frutos de un trabajo consolidado en la teoría y la práctica y en actividades que reforzarían sus gustos, inclinaciones y tendencias laborales. Se encuentran con una granja, con un gimnasio, con talleres de industrial, con equipos de asesoría, con instalaciones modernas, con docentes preparados específicamente para ese fin y con unas directivas que comparten esa visión de educación y formación. El doctor Luis Delfín Insuasty Rodríguez fue nombrado director de un sabio equipo debido a su larga trayectoria en el sector educativo.
La formación académica, Industrial, Comercial, Agropecuaria y en Promoción Social logra un reconocido empuje en la industria, la empresa y el emprendimiento regional. Surgen asociaciones, iniciativas, ideas, trabajos, asociaciones y grupos mercantiles. Esa cantera que es el INEM permite o deja ver la gran capacidad de los nariñenses para transformar su propio entorno, moviendo voluntades, consolidando economías y forjando un futuro sin precedentes en las economías locales, regionales y nacional. Ese impulso anuncia el verdadero anclaje entre educación y progreso. En dos o tres décadas se alcanzaría una productividad insospechada mientras la ignorancia y el analfabetismo se erradicarían definitivamente de nuestra patria.
“El presidente Lleras entregó al país esta reforma educativa en 1970, después de dos años de planeamiento. El ICCE había cumplido con la construcción de 19 institutos de educación media diversificada. El doctor Insuasty, como director, y el grupo pedagógico habían cumplido con todas las etapas de desarrollo en el tiempo programado. Habían cumplido con la entrega de un currículo de alta calidad y un sistema diversificado que significaba para los jóvenes oportunidades y esperanzas en su futuro; y para el país una educación que promovía, en la opcionalidad, el crecimiento de los diferentes tipos de inteligencia y en todo el diseño y el enfoque, el desarrollo económico y social…”. El Modelo INEM, debido a sus bondades y alcances se debería fortalecer por los gobernantes de turno, dedicarse recursos y talento humano, renovarse con altos estándares de calidad y calidez, impulsarse en las diferentes regiones y actualizarse en los requerimientos técnicos, tecnológicos. Científicos y pedagógicos que los nuevos tiempos requieren. Atrás debieron quedar esos viejos y obsoletos modelos educativos en los cuales los jóvenes y los niños adquirían cocimientos al mismo tiempo que desarrollaban sus competencias y saberes.
Desafortunadamente, por ausencia de una verdadera política educativa en Colombia y la elección de gobernantes con claras carencias de promoción social y pedagógica, se retrotraen los pasos avanzados y se vuelve a esquemas en apariencia superados. Se desfinancia el sistema educativo colombiano, se “desescucha” las voces de sabios y conocedores del tema y se anquilosa a las nuevas generaciones de colombianos que desean ampliar su visión de vida y existencia. “Muy pronto, el proyecto INEM se fue desdibujando lentamente hasta regresar al currículo tradicional que se había pretendido modernizar. Los gobiernos posteriores no tuvieron la voluntad política para apoyar la nueva filosofía educativa iniciada por el Presidente Lleras. Desde los altos niveles se perdió la capacidad de dirección para seguir reafirmando la nueva propuesta y ampliarla a todo el sistema como se había planeado…”.
Nos encontramos en un momento histórico confuso para el país, las propuestas educativas y pedagógicas no responden a las expectativas de unas sociedades y unas economías modernas. Estamos anquilosados y atrapados en redes de improvisación que cambian con cada gobernante y que parecen apuntar hacia un abismo en el cual encontraremos al fondo la decepción y la desesperanza. Nuestra voz se confunde con aquellas que carecen de una profunda visión en los aspectos educativos y sociales y nos parece desfallecer en cada intento de recordar y recordarnos que es en los modelos INEM y en los hombros del doctor LUIS DELFIN INSUASTY RODRIGUEZ donde encontraremos la salida a esta aparente sin salida educativa y económica para los pueblos.
Invocamos a la voluntad de nuestros dirigentes, a su sensatez y sensibilidad, a su capacidad de liderazgo y renovación para que no nos dejen solos en este empeño que debe ser colectivo y de todos, sin excepción. Que los mejores recursos, capitales, hombres y acciones se destinen a fortalecer el modelo INEM, que nos permitan la renovación de talleres, recuperación de granja, adquisición de material deportivo y la permanente presencia de nuestros jóvenes y formadores en la sociedad que nos reclama y necesita. No queremos ni pedimos más. Únicamente justicia; y la valoración de un nombre y de un hombre como el de LUIS DELFIN INSUASTY RODRIGUEZ, que apoyado en hombros de gigantes nos ha facilitado a nosotros vislumbrar luces de esperanza en cielos de concordia.
En sus hombros y en los de todos ustedes decimos una vez más: BIENVENIDO INEM AL SIGLO XXI, LAS PUERTAS ESTAN ABIERTAN, LAS VOLUNTADES ESTAN HENCHIDAS.