La llegada de ballenas a Tumaco. Un plan que vale la pena.

La espera de varios meses termina en julio, cuando por el costado suroccidental de Colombia hacen su aparición las primeras ballenas jorobadas, que al cabo de una larga travesía de más de 8.000 km desde la Antártica y el sur de Chile, buscan las aguas cálidas del océano Pacífico para reproducirse, parir y criar a sus ballenatos, uno de los momentos más sublimes del reino animal.

Colombia se localiza en la franja intertropical terrestre, zona del planeta donde no hay estaciones definidas sino temporadas secas y lluviosas en las que el clima es de características isotermas, es decir, que no presenta grandes variaciones.

Por la misma razón las aguas del océano Pacífico colombiano mantienen una temperatura de 25 ºC en promedio. Dicha condición térmica hace que todos los años, entre los meses de julio y noviembre, ocurra la llegada de un grupo de ballenas jorobadas provenientes de la Antártica, que buscan las aguas cálidas para llevar a cabo actividades fundamentales en su ciclo de vida: apareamiento, parto, lactancia, crianza, reposo y socialización.

La calidad del agua, la poca presencia de embarcaciones y la tranquilidad en la zona son razones para que el Pacífico sureste sea el hábitat propicio de reproducción de las ballenas jorobadas.

Es por ello, que uno de los mejores planes ecoturisticos y espirituales en donde se pueden observar estos magníficos mamíferos es  Tumaco, especialmente en la playa “Bocagrande”.

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