Por: Alex Barrera
Este 2023 nos recibe a los nariñenses como si estuviésemos viviendo pesadillas al estilo del pasaje bíblico de las plagas de Egipto, castigándonos de manera sucesiva y en pocos días con hechos no deseados, algunas personas atribuyen jocosamente esta mala racha a “la maldición de las tetas” aludiendo al hecho que sucedió cuando una influencer mostro los senos desde una carroza en el desfile magno del 6 de enero del presente año; otras personas haciendo largas filas para tanquear sus vehículos comentan que sería mejor independizarnos de Colombia para ser un país soberano y libre; otros paisanos proponen sacar los patronos religiosos a las calles de cada municipio para que nos libren de todo mal y peligro.
Es que no ha sido fácil para el departamento lo sucedido en tan pocos días, se han generado muchos sucesos negativos. Todo inicio con el gigantesco derrumbe en Rosas Cauca, lo cual tuvo como consecuencia el cierre de la vía panamericana, posteriormente el taponamiento de la vía que conduce al aeropuerto Pasto-Chachagui por varios deslizamientos, el temor de los conductores de 114 carrotanques de que sus vehículos sean incinerados en territorio ecuatoriano por parte de transportadores del vecino país, cuando se disponían a recoger gasolina y GLP en Neiva Huila, inundaciones en el municipio de Guaitarilla, desbordamientos en el sector de Juanoy en Pasto, dos temblores con epicentro en el Municipio de Funes y quizá lo más triste es que cuando se disponían a iniciar trabajos en el Cauca para iniciar la construcción de una corta variante, las comunidades indígenas del Cauca representadas por el CRIC se opusieron con chantajes y presiones para no permitir el uso de maquinaria hasta que no se les compense con plata, según palabras del ministro de Transporte Guillermo Reyes.
Parecen historias sacadas de novelas de realismo mágico, lo cierto es que el problema principal se deriva como consecuencia de una falla geológica en Rosas Cauca, sumado a las altas lluvias que se presentan en esta temporada. El mal trazado de la vía panamericana en el sur del Cauca lo realizaron en los años 60´s motivado por razones políticas y no técnicas para atraer los votos de los municipios de El Bordo y Rosas en el Cauca, después de 70 años aún seguimos pagando las consecuencias.
Pero esta es una oportunidad de oro para el actual Gobierno Nacional de resarcir el abandono que siempre se ha mantenido al pueblo nariñense en tema de macroproyectos, hace unos días el presidente Petro anuncio la construcción de la doble calzada Pasto – Popayán , pero no puede quedarse solo en anuncios, fotografías, reuniones, diálogos y así matar las ilusiones de este sufrido pueblo , hasta el momento han transcurrido 15 días de iniciada esta problemática y la única solución real y tangible han sido el ingreso de vehículos con gasolina desde Neiva pasando por el Ecuador.
Con tanta problemática social y económica desde este espacio proponemos algunas posibles y reales soluciones:
- Es urgente y primordial construir la variante de 1,8 km que incluye un puente de 80 metros en no menos de 15 días, caso contrario el desabastecimiento de Nariño sería muy alto, los fletes se incrementarían en un 250 % y aumentaría la problemática de toda índole.
- Mejorar las condiciones de la vía que inicia en El Bordo, pasando por La Depresión, La Sierra y Rosas, esta sería otra ruta alterna
- Otra opción es un puente marítimo para transporte de toda clase de mercancía entre Tumaco y Buenaventura, con ayuda de la Armada Nacional y sus buques que podrían realizar este trayecto.
- Creación de líneas especiales de financiamiento de créditos blandos con cero interés a comerciantes y empresarios afectados de Nariño y Sur del Cauca
- A largo plazo lo ideal es la construcción la doble calzada entre Pasto y Popayán, con un trayecto de 270 km que tendría un costo de 12 a 15 billones de pesos, incluida la variante entre Timbío y el Estanquillo, la cual no pasa por la falla geológica, esta vía no solo la necesita Nariño y Colombia, sino Suramérica, esta obra debe ser priorizada, con herramientas legales para actuar más rápidamente y el Gobierno Nacional debe informar con claridad de donde saldrán los dineros para la financiación, además de los tiempos reales de construcción.
- En Nariño observamos unidad entre la clase política, los gremios de la producción y sociedad civil pese a las múltiples diferencias; cooperación del sector empresarial del valle y sus dirigentes políticos pero solos no podemos necesitamos unirnos como región, para ello hacemos un llamado a la dirigencia del Cauca y a la comunidad indígena de ese hermano departamento, para remar todos en la misma dirección.
Esperamos que los anuncios se traduzcan en hechos, para ello la sociedad civil debemos estar atentos a que lo dicho por parte del Gobierno Nacional se vuelva realidad, que se cumplan los compromisos en las fechas estipuladas y que toda la comunidad nariñense seamos guardianes, detectar las fallas y ejercer control a los compromisos adquiridos con las regiones del sur donde mayoritariamente votaron por Petro a la Presidencia de la República.