Apenas se acababa de posesionar Gustavo Petro el 7 de agosto, y los anuncios de la oposición de sacar a marchar a la gente se hacían manifiestos, entre otros, por uno de los medios más encarnizados en contra del presidente, como lo es la Revista Semana con la periodista Victoria Eugenia Dávila. A los 46 días la marcha de la derecha se lleva a cabo con el cubrimiento de los más grandes medios de comunicación al servicio del gran capital. Marcharon gente de los estratos populares sin tener conciencia del porqué lo hacían. Luego repitieron sus lánguidas marchas que mas bien lo que hacían era despertar la pena ajena.
Indudablemente que al gobierno de Petro le ha ido muy bien, así lo señalan las encuestas realizadas por el Centro Nacional de Consultoría que indican que tiene 62% de aprobación, muy alta si se compara con los gobiernos que le antecedieron. Es un excelente despegue para un gobierno que se ha impuesto unos retos muy altos, como hacer de Colombia una sociedad del conocimiento. Es decir, que se desarrolle al máximo la educación y cultura, para ello lo que se necesita la reforma al Sistema General de Participaciones.
Una de las noticias que ha causado gran impacto en Colombia es la aprobación del Acuerdo de Escazú por parte de la Cámara de Representantes y sancionado por el Presidente, por lo tanto se convierte en Ley de la República. Con ello se permite a los campesinos e indígenas tener información medioambiental y justicia ambiental y la protección de los derechos humanos para quienes se dedican a las labores de protección de la naturaleza.
Una de las apuestas grandes del gobierno de Petro ha sido la educación de los jóvenes de los estratos más bajos, para ello ha destinado la suma de 8.000 millones de pesos que le giró el Ministerio de Educación para pagar el 25 por ciento de la deuda de unos 800 beneficiarios, de los 950.000 que tiene la entidad. A partir del segundo semestre de 2023, los nuevos desembolsos que haga para créditos educativos, tendrán una tasa de interés del cero por ciento y no se hará capitalización de intereses dentro de esa financiación.
Aspectos tan vitales para el país como el programa de Paz Total están siendo muy viables, cuando el gobierno ya ha entrado en diálogos con la guerrilla del Eln para sentarse a negociar. Recuérdese que los diálogos con este grupo armado han sido de una complejidad extrema que han llevado siempre a la ruptura y al distanciamiento.
En materia de política antidrogas se cuenta con la colaboración de los Estados Unidos, el mayor consumidor de las exportaciones ilegales del país. Existe un principio de acuerdo para controlar el consumo en ese país; para ello se cuenta con el beneplácito del presidente Joe Biden, quien ha sido muy receptivo a las propuestas de Gustavo Petro y el diálogo que se ha abierto es entre iguales, es decir de presidente a presidente.
Es importe resaltar en el presidente Petro la capacidad persuasiva y oratoria, pues ha sido bien recibido y muy aplaudido en foros internacionales como la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la cual izo un llamado vehemente a la contribución de las naciones a la descarbonización del ambiente y la protección del pulmón del mundo, como se le llama a la selva amazónica. No menor trascendencia reviste la participación que hizo en la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP 27, en Egipto, donde presentó un decálogo de compromisos que debe asumir la comunidad internacional para la reducción del consumo de los combustibles fósiles.
Indudablemente, uno de los fuertes del presidente Petro está cifrado en el compromiso con reducir las emanaciones de CO2, pero también el desarrollo de una política social que permita hacer de Colombia una potencia mundial de la vida. Tiene que soportar la ferocidad de los medios de comunicación que intentan sabotearle su programa de gobierno, pero su capacidad como líder lo proyecta a ser uno de los más connotados del contexto latinoamericano.