Por: Jesus Ortíz Muñoz
El investigador y pedagogo Pablo Emilio Obando, destapó documentalmente el embuste de 17 proyectos educativos para igual número de Instituciones Educativas, que fueron entregados a constructores venidos desde España y Portugal, con la complicidad de la administración municipal de Pedro Vicente Obando.
Así lo cuenta el investigador: «El costo de los proyectos y la gravedad de lo denunciado habla por sí solo; los primeros ocho proyectos, entregados a una firma española, alcanzan la cifra de doce mil seiscientos sesenta y cinco mil millones de pesos ($ 12.655.000.000) y los 17 proyectos restantes, iniciados y suspendidos, la nada despreciable cifra de cincuenta y nueve mil millones de pesos (59.000.000.000). El Municipio de Pasto, por su parte, destina la suma de veinticinco mil ciento treinta millones de pesos ($ 25.130.000.000) como una contrapartida exigida por la ley».
Y descubre a una administración municipal inepta y tolerante que se ha limitado a engañar al pueblo con unas cuñas radiales que hablan de un Pasto Educado: «La falta de una verdadera interventoría municipal, de una veeduría ciudadana, del ocultamiento de información y de minimización de las afectaciones por parte de la secretaría de educación municipal y de la administración municipal, sumen a más de doce mil estudiantes, infantes, niños y adolescentes, en una verdadera crisis educativa. Los padres de familia deben desplazarse con sus niños a otras instituciones educativas de nuestra ciudad, el municipio de Pasto para tratar de subsanar los errores cometidos, deben asumir costos de transporte y alimentos escolares, arrendamiento de locales y salones comunales donde los niños reciben sus clases diarias. Hasta el momento no se ha escuchado el pronunciamiento de rectores y administrativos. Pero lo más grave es que esta problemática, así se diga lo contrario, parece tener mayores implicaciones que las planteadas y la gran dimensión social muy pronto dejará sentir sus efectos. No entendemos cómo se adjudican contratos de tanto valor y de tantas implicaciones a empresas constructoras foráneas, de España y Portugal, sin que se hagan las advertencias del caso.»