Apasionado y despierto por todo cuanto atañe con los motivos que enaltecen el terruño al que estamos atados con la fuerza de la sangre y del espíritu, nada más grato en esta fecha conmemorativa de la muerte de San Francisco de Asís, 4 de octubre de 1226, que hacer memoria de tres ilustres nariñenses que hacen parte del hermoso libro “Memoria del VII centenario de San Francisco de Asís”, publicado en Bogotá, con ocasión de este centenario de la muerte de aquel hombre estimado con acierto “un asombro de la naturaleza”. Una publicación realmente admirable y excelente que comprende, además de la celebración cumplida en Bogotá, las realizadas en las ciudades de Cali, Medellín y Tunja. Todo un acopio, doblemente valioso, por su contenido de artículos, ensayos, discursos, conferencias y expresiones poéticas; y, por la solemne ocasión que lo inspiró. Un libro de semejante categoría, considerado el Libro de Oro de San Francisco de Asís. Así mismo, constituye un auténtico e invaluable tesoro bibliográfico.
Para nuestra sorpresa y satisfacción, estas páginas, como ya lo hemos dicho, atesoran las colaboraciones de tres distinguidos coterráneos, que hacen gala de sus talentos y de su acrisolado espíritu franciscano. Ellos corresponden a los nombres de Sergio Elías Ortiz, Jorge Delgado y Gutiérrez y Juan Álvarez Garzón.
El primero, lo hace con el escrito que tiene el sugestivo título de San Francisco de Asís y el Hermano Dinero. Como su autor lo anuncia al comienzo, se trata de una Florecilla apócrifa que le refirió un “oscuro hermano franciscano qué desempeñaba, en una residencia de su Orden, el modesto oficio de portero, a pesar de sus altísimos conocimientos en la ciencia de la santidad, porque Santo y de verdad, y no me recomendó el secreto, antes bien, para calmar cualesquiera escrúpulos de mi conciencia asustadiza, hubo de explicarme que las cosas inofensivas que se cuentan del Santo Patriarca, sirven admirablemente para la edificación del prójimo”…
A la postre, luego de apasionantes y fervorosas consideraciones, su final es concluyente y lo dice todo:
Hermano Juan, el falso hermano dinero hace perder la cabeza y el corazón de los hombres; el falso hermano dinero es el cebo de las pendencias y de los odios; el falso hermano dinero es la fuente de la avaricia, de la gula, de la soberbia, de la ira, de la envidia, de la lujuria, de la pereza… por todo esto y mucho más, el falso hermano dinero, no es mi hermano…
El segundo escrito San Francisco de Asís y su obra del humanista y filósofo Jorge Delgado y Gutiérrez, un ponderado estudio de la más profunda concepción analítica y conceptual sobre su vida y sustancia intelectual. Francisco de Asís, escribe:
En una palabra, arremetió contra ese monstruo de mil cabezas, raíz y compendio de todos los vicios y pecados, que es el egoísmo… así discurrió, la misión y la obra de San Francisco de Asís, misión de paz y obra de amor, de fraternidad y alegría.
Y el tercero, Juan Álvarez Garzón, narrador y poeta de las más finas calidades, con su poema La muerte de San Francisco. Original y hermoso poema en el que dialogan sus hermanos predilectos, los que él cantó y exaltó en su perdurable Canto de las Criaturas: el hermano sol, la hermana agua, el hermano fuego y el hermano lobo.
Este gran poeta, haciéndose intérprete del sentimiento de toda la humanidad, termina su canto con una sentida estrofa al Santo de Asís.
Aún más. Para gran satisfacción y orgullo de nariñense, es preciso recordar y exaltar que el mencionado poema dialogado fue laureado con Medalla de Oro en el concurso realizado con motivo de dicho VII centenario, y le mereció el honor de haber sido designado socio de la Academia Cultural Adriática de Letras y Artes de Millán, Italia.
Hecha esta recordación, imposible no mencionar en esta oportunidad la obra del consagrado escritor Carlos Bastidas Padilla: El extraño y teatral hombre de Asís. Biografía novelada de Il Poverello, cuya vida inspiró en el papá Francisco su compromiso con los pobres y su amor por la naturaleza. Una obra de las más fundamentadas y sentidas esencias franciscanas, en la que nos es dado apreciar y disfrutar plenamente la galanura de sus descripciones y la erudición de sus conocimientos, en torno a la vida del hermano Francisco. En fin, una biografía novelada de la más honda sensibilidad social. Según palabras del autor:
Francisco de Asís, enseñó a los hombres de su tiempo, y nos enseña todavía, que la perfección hay que buscarla en el servicio al prójimo; que es la perfecta alegría, aún en las contrariedades del mundo y los dolores del cuerpo y del alma está la libertad; que el respeto a las creencias del otro es el camino hacia la paz. Enseña a dialogar con la naturaleza, y a tener hacia ella una actitud de respeto como agradecimiento y convivencia, que el pobre no está aquí para redimir la culpa del género humano. San Francisco de Asís es, en fin, el hermano universal ideal: un ideal. “Más que un ideal, Francisco es el espíritu y un modo de ser, y el espíritu y el modo de ser sólo se demuestran en una práctica… que haga realidad concreta una mayor entrega a los demás, una mayor ternura para con los pobres y mayor respeto a la Naturaleza.
De esta manera, al cabo de ya casi ocho siglos de la muerte del hermano Francisco, invoquemos aquellas dos palabras que, según refiere uno de sus biógrafos: el día que nació San Francisco, se vió y oyó un Peregrino en las calles de Asís, diciendo en altavoz, Paz y Bien; y así que Francisco salió a luz, no se vió, ni oyó el Peregrino más. Dos palabras que sustentan la bienandanza de la humanidad, que tanto y tanto se requieren en los tiempos actuales.
Hermano Carlos Bastidas Padilla, así lo anhelamos y así lo requerimos con todas las fuerzas del alma, y con todo el ímpetu de la hermandad y solidaridad social, para qué, conforme a la sencilla Oración del Poberello de Asís y del mundo, seamos instrumentos de paz.
¡PAZ Y BIEN! para nuestro país y para toda la humanidad.
Vicente Pérez Silva
Angasnoy (Refugio del Cóndor), 3 de octubre del 2022.