Charles Chaplin y su llamado a un mundo mejor.

Debido a este discurso de su película el gran dictador, Charles Chaplin  fue vetado de ingresar a los Estados Unidos. Se dijo que era un ateo que quería y promovía el odio entre los hombres y los pueblos. Nada más mentiroso y calumnioso pues siempre fue un humanista que respetó a las religiones y a los hombres.
Películas como la mencionada, lo mismo que TIEMPOS, DE CAMBIO o LUCES DE MI CIUDAD, THE KID y varios cortometrajes son la clara muestra de un genio que supo interpretar su tiempo para generar políticas humanas de entendimiento y concordia.
Pequeño de estatura, grande en conciencia y fuerte en el dolor y la desventura. Dueño de un fino humor que generó una nueva sensación y emoción humanas que borraba las fronteras entre las lágrimas y la sonrisa.
Encontró el pueblo en su arte una digna interpretación y representación de sus vivencias. Elevó su voz, su figura, su genialidad para encumbrar el alma humana hacia senderos de fraternidad y hermandad.
En este discurso habla a los poderosos de todos los tiempos, gobernantes y dictadores que usurpan la felicidad de los pueblos, de aquellos que basan su prestigio en su capacidad de acallar voces con la fuerza de sus mismos hombres.
Fórmula un llamado a la conciencia humana de los integrantes de las fuerzas militares para que cesen sus ataques a un pueblo que lo único que hacía era defender su vida y su tranquilidad proveniente de las ferocidades fascistas y militaristas.
Una resistencia civil fundamentada en sus más caros príncipios, una desobediencia civil emanada de los corazones de los hombres cansados de tanta opresión y pobreza. Un llamado a no acatar órdenes que envilecen el destino de la raza humana.
El arte puede y debe esta al servicio de las luchas populares, ser ese registro histórico de los procederes buenos y malos de los hombres que ocupan un determinado tiempo y espacio.
Estamos, acaso ante la presencia, de un gran Dictador universal  (un modelo y sistema económico) que se niega a ver las miserias de su pueblo, indolente ante el clamor de tantas Voces que tan sólo reclaman un tanto de justicia y paz, pan para sus hijos y algunos libros para los suyos.
Charles Chaplin, ese hombrecito que crece con el tiempo, con las eras, con los gobiernos que combatió y se enfrentó. Somos hermanos, nos debemos hermandad, nos debemos respeto y equidad. Un ateo que hizo suyos los principios cristianos mientras muchos creyentes se escondían entre sus lujos y riquezas.
Su voz sigue clamando, continúa elevando conciencias y acciones. En sus harapos no vemos pobreza, vemos el valor de un hombre que supo serlo sin entregarse al opio del poder o la fama.

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