Hablamos sin democracia, Ipiales en el limbo.

En el 2007 el reconocido pensador latinoamericano Helio Gallardo lanzaba un libro de análisis político – fiel a su línea ideológica – sobre la democratización y democracia en América Latina, transitar en la lectura de mencionado texto, es un recorrido interesante sobre los matices que se tejen alrededor de la democracia en nuestra región y como las fuerzas sociales protagonizan las luchas con las instituciones para alcanzar niveles de participación amplios. De entrada, es paradójico tener que hablar de luchas sociales, para conseguir participación institucional, cuando se supone que nos encontramos con regímenes democráticos.

El norte de las organizaciones sociales hoy en día, esta en dar discusiones por mayor integralidad democrática, búsqueda de reconocimiento de su accionar organizativo y respeto por sus agendas y horizontes políticos, en ultimas es lo que se ha denominado garantías. A quien se le exige esos requerimientos es al Estado en general, y a sus instituciones en lo particular.

En ese entendido, quienes estén en la administración de las instituciones del Estado (alcaldía, gobernaciones, entidades públicas etc.), deben tener disposición correspondiente con el accionar democrático. Hacer de la democracia una realidad, está más allá de una articulación conceptual, sin embargo, la democracia al tener un vínculo con la ideología se complejiza aún más, es decir, se exteriorizan discursos como un estereotipo de construcción mental socio-grupal; la anterior noción está denominada como ideologema que es equivalente a lema.

Ahora bien, el lema “#HablamosConHechos” en su momento tenía una carga discursiva que la articulaba con un “Retomemos el Rumbo”, con lo que se pretendía enviar un mensaje de haber realizado bien las cosas con anterioridad, y que Ipiales se encontraba encaminada a un barranco, y que era necesario trazar un nuevo caminar, esa fue la estrategia política de Luis Fernando Villota.

Su lema, el cual le significó correspondencia en el electorado, estuvo acompañado, además, de la maquinaria de la política tradicional y altamente cuestionada. Para nadie es un secreto los apoyos recibidos por los pesos pesados del Partido Conservador (Paredes y Enríquez) o la vinculación del exalcalde Gustavo Estupiñán y la pública adhesión de Centro Democrático, todos máxime figuras de esa crema y nata de dirigencia ya vetusta y anacrónica. En ese escenario se dio por elegida la administración “Hablamos con Hechos” y para la legitimación de esa victoria electoral si se acudió a hacer referencia a la democracia y manifestar que esta se ha pronunciado.

Pero, tan solo bastó con tomar posesión y comenzó el divorcio con esa democracia, que debe ser característica insigne de cualquiera que diga gobernar con el pueblo. La realidad política del municipio de Ipiales está siendo atravesada por una crisis sin igual entre las instituciones y la comunidad.

Han sido varios los sectores sociales que han reclamado atención a esta administración y se han encontrado con una alcaldía cerrada, que si atiende, solo escucha, pero no pacta, no soluciona, no llega al consenso, y con elevada batahola se terminan reuniones en donde quedan mas angustias que serenidades, pues no se llega a ningún tipo de compromisos.

Nada mas ciego en el burgomaestre, que pensó que este nuevo liderazgo en la alcaldía municipal iba a resultar una calca de sus 2 anteriores mandatos. El hablar con hechos, se ha reducido a una institución hermética, sin contacto comunitario, y un abierto desprecio por toda exigencia que provenga de los sectores populares, hasta se ha mostrado apático con el sector comercial del cual recibió variedad de apoyos en campaña, y que hace unas semanas vienen reclamando soluciones sobre el cierre fronterizo que afecta sus actividades.

Los últimos días, nuestro municipio está observando como “Hablamos con Hechos”, asume el Carnaval Multicolor de la Frontera como una fiesta argenta, quitándole el color a quienes hacen de este espacio el encuentro cultural de los ipialeños. Son ya dos comunicados a la opinión pública que los carroceros del carnaval han señalado el desánimo en la comunicación, y como la unilateralidad de Luis Fernando Villota se impone por encima de los derechos económicos, sociales y culturales de mas de 150.000 personas. Este nuevo desprecio ha llevado a que los carroceros tomen la decisión unánime de no participar en la edición 2022, pues las garantías no se han brindado y contrario a fortalecer el carnaval, “Hablamos con Hechos”, retrocede en los procesos artísticos que los cultores del carnaval han conquistado en todos estos años de participación. A la comunidad de Ipiales, le queda, o avalar un burgomaestre que es renuente al pacto, o por lo contrario en masiva expresión defender lo que por personalismos se pretende acabar.

Por último, señor Luis Fernando Villota, la democracia tiene un proceso dialectico que debe ser entendido como un sistema de vida, es decir un todo orgánico, no es solo una función a secas, sino que es función interrelacionada y cambiante, la democracia es un problema de todo o nada, no puede existir a medias, la democracia es total, y no es la suma de tareas desordenadas ni un sistema contrahecho que declara libertades, pero niega medios de ejercicio. No se trata de construir desde la verticalidad, no es creer en ese espejismo de la representatividad, sino tener la capacidad del pacto, y comprender que en la democracia sustantiva se encuentra el paso para la armonización del consenso y el disenso. Lo invito a Hablar con Democracia.

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