La tarea inmediata del Pacto Histórico en Nariño se llama Unidad.

Mucho se le ha reconocido al departamento de Nariño a nivel nacional la capacidad de las organizaciones sociales y políticas de ser contundentes en escenarios donde la unidad debe ser la premisa. La experiencia de estas colectividades en los últimos 10 años son de alto impacto y de gran aporte para hoy poder consolidarse como fuerza de gobierno local.

Es menester hacer un recuento de esas experiencias que nos unificaron y que fueron la base para que esté sur haya sido protagonista en la gesta victoriosa del hoy Gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez. Quizás en esas experiencias se encuentre el espíritu y las vías para que este 2023 el valor unitario sea nuestra impronta.

La unidad ha sido de las mayores preocupaciones y vicisitudes que han ocupado la agenda alternativa en el departamento de Nariño, pero han existido procesos que en su momento se presentaron como el nicho de las transformaciones para nuestra región, aquí algunas de ellas.

PUPSOC

Al finalizar la primera década de este siglo, los años del 2009 a 2011 fueron de intensidad organizativa desde las bases, por apostarle a un Proceso de Unidad Popular del Sur Occidente Colombiano (Pupsoc) que recoja el sentir de diferentes comunidades campesinas, étnicas, organizaciones de DDHH, agremiaciones estudiantiles, organizaciones comunales, y expresiones partidarias por un territorio que tenga incidencia en las instituciones y transformaciones para nuestro territorio.

La Universidad de Nariño fue uno de los recintos que acogió un número significativo de actividades académicas, movilizaciones, reivindicaciones, foros, y encuentros donde la discusión giraba en torno a la búsqueda de la paz, la democracia y la garantía de derechos. En ese marco, durante el primer semestre del 2011, se realizó el memorable cabildo abierto donde cientos de hombres y mujeres manifestaron que era necesaria la unidad popular para la segunda y definitiva independencia y apostar por iniciativas constituyentes por la paz.

MANE

Los estudiantes universitarios en el mismo año 2011 se enfrentaron a la mas radical reforma a la educación superior en Colombia que pretendía convertir las universidades en instituciones con ánimo de lucro y privatizar la educación pública en el país, si bien este movimiento fue de orden nacional, la expresión de Nariño logró recoger el apoyo de los nariñenses en un paro de 9 meses donde no solo se defendía la educación superior, sino las exigencias de más derechos sociales. La unidad de ese entonces llevó a que cada semana la plaza de Nariño en el centro de Pasto se desbordara con una ciudadanía que acompañaba a estudiantes en su gigantesca batalla por la educación en el país.

Marcha Patriótica

Sin duda el espacio popular que mayor nivel de articulación tuvo entre la ruralidad y la ciudad haciendo realidad ese mandato emanado un año atrás por el Pupsoc de crear una organización que ponga en el debate nacional y regional la búsqueda de la paz y la justicia social por medio de la exigencia de encontrar una salida política y negociada al conflicto armado, y a la vez elevar la solicitud de intercambio humanitario para distender  la guerra y buscar caminos de diálogo.

Diálogos de Paz

En el mismo 2012 se anuncia desde Noruega que las Farc-ep y Gobierno Nacional, han acordado una agenda para iniciar diálogos de paz en La Habana, Cuba, que conlleven a ponerle fin a un conflicto armado de 60 años. El pueblo colombiano acogió con esperanza dicho anuncio y las expresiones sociales de Nariño fuimos capaces de concertar nuestras agendas alrededor de la paz con diversos llamados a la ciudadanía. En ese contexto se presentaron las elecciones presidenciales del 2014 y surge para segunda vuelta la Minga por la paz -más adelante Minga Nariñense por la paz- que se lanzó a buscar la continuidad de un gobierno que logre llevar a buen termino ese proceso de paz que tanto habíamos exigido y por el cual caminamos cientos de kilómetros en múltiples movilizaciones con una sola consigna: Paz con justicia social.

Minga Nariñense por la Paz

Tal vez la expresión más amplia de unidad en el departamento de Nariño en años anteriores. La madurez de las discusiones políticas, las voluntades para fortalecer los puntos de encuentro, pero también para acercar los que nos distanciaban fueron la constante y la fortaleza;  para quien escribe estas líneas, considera que ese es el punto de partida más reciente de la unidad y el reconocimiento de las fuerzas activas en el departamento que buscan transformaciones y el buen vivir para las tierras sureñas. Sobre este proceso hay constancias de muchos comunicados, de solidaridad entre las organizaciones y de saludos los unos a otros de los procesos autónomos de cada expresión.

Plebiscito

2016, año de prueba de los Diálogos de Paz de La Habana, el departamento de Nariño se llevó los reconocimientos por el innegable y contundente apoyo a lo pactado en la isla caribeña y sin ningún tipo de ambages se dio el respaldo por el Sí. La unidad por la paz fue la constante.

Estas son las mayores apuestas unitarias que hemos tenido en el departamento y que fueron decisivas para que el 2018 se haya marcado el inicio de la victoria electoral del 2022. Es así como la unidad política del departamento no fue creada de la noche a la mañana, sino que fue todo un proceso de reconocernos, de articularnos y poner la voluntad para hacer acuerdos sobre lo fundamental y avanzar en un proyecto de nación, y hoy, con el gran deber de entregarle a Nariño un proyecto de región en favor de la gente y en la consolidación de la paz total.

En estos momentos en los medios y en las opiniones, muchas de ellas negativas, ven nuestras discusiones como sinónimo de ruptura, algunos incluso dentro del mismo pacto, sin saberlo, se suman a ser piedra y no camino por causa de alguna miopía política, pero no, el camino que hemos trazado nos dice que tenemos el coraje y la gallardía para poner lo fundamental como primario. Seguro que tal como ya lo hemos hecho, encontraremos ese horizonte unitario por que nos debemos a un mandato popular que exige convertir a Nariño en Potencia para la Vida y eso depende de asegurar una nueva victoria popular, que deje sin posibilidades a quienes ya hemos mencionado como nuestras líneas rojas. Hoy la tarea es la unidad y el pueblo de Nariño debe estar tranquilo pues los senderos del diálogo y el encuentro nos llevarán a vencer pues no tenemos contemplado dar ni un paso atrás, sino caminar como gigantes con esperanza y perspectiva de futuro. Nuestro pacto es con la gente.

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