Paz total en campañas regionales…

Es triste hablar en Colombia de paz y seguridad porque no se las reflexiona como lo son, derechos fundamentales, sino que se las analiza, tristemente, a partir de terrenos políticos y, lo más grave, se argumentan para objetivos electorales.

No entiendo cierta alegría de la oposición cuando la propuesta de paz total no genera resultados. Si bien se sabe que es un camino muy difícil de entablar, no es descabellado hacer la prueba en algo distinto, para tratar de apaciguar la histórica violencia que hemos vivido durante muchos años.

Por supuesto que el Gobierno debe y tiene la responsabilidad de controlar los actos terroristas perpetrados en los últimos meses, debe tomar decisiones drásticas para que estos grupos al margen de la ley no se aprovechen de los caminos del deber ser, como lo son los diálogos, sin embargo, estos al visualizar una posible paz, se escudan en incoherencias con su única finalidad de evitar que se ponga en riesgo su “próspero” negocio del narcotráfico.

Siempre será muy complejo tratar de encontrar soluciones a nuestra violencia, llevamos años tratándola de erradicar, todos los gobiernos de turno la han tomado como bandera, pero la idiosincrasia del colombiano violento, para algunos, no tiene cura; considero que ningún ser humano quiere delinquir por modo de vida o porque ese sea su sueño o su identidad; estoy seguro de que lo hacen porque el negocio es bueno y el narcotráfico les da más dinero que cualesquiera plantas agrícolas.

Legalizar es una opción prudente, pero para eso se necesita apoyo, respaldo y comprensión de los países de la región, en especial, de los que más se lucran o ponen los muertos, en ese sentido, será muy arduo que lo acepten, ya que prima el interés económico. Otra alternativa es bombardear como piden ciertos sectores, pero la mezcla con la población civil dificulta llegar al cabecilla.

No sé si sea inconstitucional. Los diálogos se deberían dirigir desde las regiones en cabeza de la sociedad civil. En sitios apartados, el dueño de la tienda del pueblo es amigo o familiar del “comandante”, ese vínculo afectuoso se podría aprovechar como con las familias guardabosques.

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