Un naufragio rodeado de tormentas.

En diferentes notas periodísticas expresamos nuestra complacencia por la designación de la tumaqueña Yesenia Olaya Raquene como ministra de Ciencia. Le cursamos invitación para facilitar un encuentro con organizaciones y entidades del departamento de Nariño que promueven actividades científicas. La respuesta fue un baldado de agua fría para los nariñenses.
Expresamos que la SOBERBIA de la Ministra sería su perdición. Aseveración que con el transcurrir de los días fue cobrando una inusitada vigencia. Comenzaron en el ministerio a su cargo denuncias de acoso laboral, maltrato y la consecuente renuncia de muchos funcionarios. Se realizaron alertas de presuntos actos de corrupción y de contratación con personas con las cuales sostenía vínculos comerciales como su arrendatario y el fiador de su apartamento.
Los medios de comunicación radiales y escritos dieron cuenta de muchas irregularidades y de la afectación de procesos relacionados con la ciencia, innovación y tecnología. Pero, inexplicablemente, la ministra continúa en su cargo merced al apoyo de altos funcionarios del gobierno y, según se dice, de la misma Francia Márquez. Una terquedad que nos cuesta a los colombianos el mismo futuro de proyectos científicos de gran envergadura y que impide el progreso y el desarrollo para muchas regiones y gremios científicos.
Su soberbia es proporcional a su cinismo y desfachatez, pues importantes comunidades científicas han expresado su total rechazo a su incapacidad administrativa y no obstante ello continúa en el ejercicio de su cargo como si nada pasara.
Inexplicable que un gobierno que se proclama de CAMBIO sostenga en un Ministerio de tanta importancia a una funcionaria inepta e incapaz y que no dimensione el daño irreparable que le está causando a la sociedad, la educación, la ciencia y la cultura. Gobierno cómplice y promotor de inequidades al no tomar medidas oportunas y en criterios de progreso y desarrollo. Algo anda mal en este gobierno de Petro que no logra conectarse con la realidad nacional.
Prevalece el amiguismo y el deseo de imponer voluntades políticas y burocráticas por encima del verdadero interés nacional. Duele decirlo, pero la ministra Yesenia no dió la talla que el momento histórico requiere. Podrá ser muy amiga de Francia Márquez, pero la verdad es que su incompetencia no puede ocultarse bajo los faldones de su promotora.
La ciencia es un factor de primer orden en el desarrollo de los pueblos y debe estar por encima de todo interés político o electoral. Por el bien de Colombia imploramos su retiro inmediato de tan alto Ministerio. No dio la talla ni estuvo a la altura de las circunstancias.
Naufraga el ministerio de Ciencia, zozobra la investigación y la innovación en cada región colombiana. En Nariño se pudo impulsar la gran capacidad científica de nuestras entidades y organizaciones; nada se hizo, muy poco. Deplorable actitud de una ministra, que deberá salir por la puerta de atrás de un Ministerio que deja en ruinas y condenado a una postración económica y académica.
Parecía brillante, resultó una simple luciérnaga en medio de una noche colmada de estrellas y faroles. Pudo desempeñar un papel de importancia en el futuro político de Nariño, hoy queda la certeza que los títulos y doctorados pueden nublar la mente hasta arrastrarnos a ser nuestro propio sepulturero profesional.
Parecía brillante… Parecía.

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