La fallida muerte de J. Mario Arbeláez.

Lo publicó el poeta Juan Manuel Roca, el 28 de diciembre día de inocentes. Evocamos su nombre, su poesía, sus crónicas y columnas, su irreverente palabra de sastre y publicista. Y ante este sacrilegio rosario, resucita en la cama de un hospital.
Leímos de corrida sus crónicas sobre Gonzalo Arango y su fatídico accidente con un camión de lechugas en septiembre de 1976. La muerte del poeta y la orfandad en que quedó El Nadaismo y las letras colombianas.
Recorrimos su nota sobre la Maga, la niña prodigio que llegó a su vida para recordarle que la vida puede ser trágica, pues muere a sus catorce años en pleno envejecimiento de quien jamás nació para la eternidad.
Leímos su nostalgia sobre Luis Ernesto, el niño poeta que a sus diez años muere atropellado por un camión. Lo encontró en plena resurrección en las gradas de la casa de Elmo Valencia, hambriento y agitado de recorrer mundo y aguantar hambre y frío.
Evocamos a X 504 y su encanto perpetuo por la muerte. Que de tanto llamarla terminó envuelto en su propio osario de olvidos y tragedias. Y en verdad, nada muere cuando uno muere, pues de entre ja misma parca surge gloriosa la vida para, recordarnos, que somos eternos y que de nada nos sirve matarnos para espantar su misma presencia.
Juan Manuel Roca lo mata para resucitarlo en la memoria de la poesía ; en medio de una sociedad que deambula entre la Nada de su conciencia y el mercantilismo febril de su angustiosa muerte.
Una broma macabra que logra reconciliarnos con la vida. Un verdadero acto de poesía digno del mismo GONZALO ARANGO. Nos recuerda lo efímero de la vida, la placentera y agónica memoria de los días.
Fue una inocentada, un acto de venganza contra aquellos poetas renegados de y por la poesía. Un arañazo de la palabra en su intento desesperado de no perderse en la oscura memoria de los hombres. Un recorderis cruel y duro de devolvernos la codicia de la vida en actos de verdadera irreverencia Nadaista.
El obiituario diría : «Los Nadaistas invitan a la resureccion del poeta – sastre J. Mario Arbeláez, oficiada por el gurú Juan Manuel Roca. Entrada libre…».
Desde el más alla el profeta GONZALO ARANGO llora la falsa noticia.

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