La libertad es más aterradora que cualquier prisión

Hola, Esta es la frase que me ha removido hoy compartir, no es mía, es de una gran artista de la vida, Julia Cameron. Y con esta frase, ella nos habla de cómo nosotras, aunque vivimos diciendo lo bonito que sería nuestra vida si fuera de esta u otra forma o si sucediera este u otro acontecimiento, en realidad lo que hacemos es que, estamos tan acostumbradas a vivir desde ese espacio de “deseo sin cumplir” que eso es lo que en realidad disfrutamos, solo desearlo, pero que en el fondo no deseamos que se cumpla. Primero porque nos sacaría de desde espacio de “deseo” y lo adentraría a la realidad y, todas sabemos que la realidad no siempre es como la imaginamos, pues trae muchas cosas detrás que nos pide responsabilidad, segundo porque nos aterra tenerlo, no sabríamos qué hacer con ese deseo cumplido, con ese sueño, nos aterra pensar en la persona en quien nos convertiremos si eso sucede y, en como cambiaría nuestra vida.

Es por esto que nos es más fácil creer que la vida es dura y que todo cuesta y hacerlo así, vivir desde ese espacio, en lugar de creer que todo puede ser fácil y que todo se no es dado, ese es el miedo a hacernos responsables de nuestras creaciones.

Y por esto también nos pasamos la vida haciéndonos las victimas cuando la realidad es que debemos pasar del deseo al abrirnos a recibir.

A mí me ha pasado muy seguido, he deseado grandes cosas, pero en realidad no las he soltado para que el universo me las entregue materializadas, he deseado viajes, casas, incluso este nuevo espacio de mi trabajo y así mismo, ha sido este nuevo espacio  el que me ha enseñado mucho de la vida y de materializar deseos desde nuestra verdad, desde la verdad de nuestra alma y desde un encuentro sincero e intuitivo con nosotras mismas.

 Nuestra realidad se mantiene tan chiquita como nuestros miedos la quieran mantener, nuestra realidad se manifiesta tan difícil como tanta resistencia pongamos a lo que tiene que nacer, nuestra realidad se queda tan estancada como nuestra incapacidad de soltar, entregar y abrirnos luego a recibir. Nuestra realidad se mantiene en la medida en la que nosotras la permitimos y, esa es la realidad. Tu realidad se puede transformar en la medida en la que tú transformes esa visión que tienes de ti misma y de la vida.

 ¿Qué tanto miedo le tienes a tus sueños? ¿Qué tanto miedo le tienes a la libertad? ¿Qué tanto crees que cambiará tu vida si lo que pides e te fuera dado ahora mismo? ¿Sientes miedo, tensión, resistencia?

En realidad nuestra mente se arma más dramas de lo que es en realidad, recuerda esta frase.

“En el presente no sucede nada malo”

Lo que nos aterra es pensar en el futuro, en el presente nada malo está sucediendo.

Si cultivamos esa cualidad de estar presentes y atentas, los miedos al futuro desaparecen y, cuando esos miedos, aunque sea por un instante, por unos minutos se van de ti, en ese instante tus canales de materialización se alinean para que por ahí pase tu deseo del plano de las ideas a esta tierra y se manifieste y se te entregue porque: “pide y se te dará” pero, debes querer en verdad recibirlo y estar ahí presente para disfrutarlo y, te darás cuenta que cuando tu deseo se cumple, que cuando las cosas suceden, lo único que ellas te piden, es que te mantengas en tu centro, en tu raíz, para aprovecharlas, para recibir la enseñanza que tienen para ti y también para permitir que se transformen y no retenerla contigo más tiempo del necesario. Es por esto que las prácticas espirituales son nuestras aliadas para mantener esa conexión y no desviarnos de nuestra verdad.

Esto es lo que te quería compartir el día de hoy. Espero haya llegado en el momento preciso. Recuerda que puedes enviarme tus preguntas y yo con gusto haré un escrito, audio o video con una respuesta general que nos nutra a todas.

Un abrazo enorme y como siempre gracias por estar aquí, ustedes me inspiran a seguir compartiendo, Namasté.

Posdata: este escrito surgió después de una mañana fatal y de sentarme a atender mis necesidades, de una larga conversación conmigo misma sostenida por los ángeles para ver qué era lo que yo realmente quería en este momento de mi vida, limpiar mi espacio, liberar energía y volver a crear, re-crear siempre. Te cuento esto porque no debemos tenerle miedo a los momentos de mal-estar, todo lo contrario, son el llamado de atención para que nos demos cuenta de que algo grande está por nacer y nosotras lo estamos resistiendo, no lo estamos permitiendo, es el llamado de atención para regresar a nuestro centro y decir: si quiero, estoy lista.

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