La vía alterna en rosas: jodidos pero contentos.

Por  Omar Raul Martinez Guerra

La destacada corresponsal de Caracol Radio en Pasto, Claudia Ortega, informó a la audiencia nacional que la esperada solución provisional al derrumbe de Rosas, en enero de este año, se había visto aplazada, una vez más, para noviembre del año en curso. Creo que ya la gente en Nariño perdió la cuenta de los anuncios y aplazamientos. Si mal no estamos, el Gobierno Nacional notificó en su primer Consejo de Ministros en Ipiales, que la solución provisional vendría en un máximo de 60 días y la variante definitiva se entregaría en agosto. Luego en octubre.  Ahora en noviembre. Con ello se afianza la idea que los incumplimientos no se refieren solamente a las citas que a nivel internacional, nacional y local se volvieron costumbre en el presidente Gustavo Petro, algo que tiene preocupados a muchos colombianos, hayamos o no votado en favor de él. No. También se cuentan las novedades sobre obras civiles ante situaciones de emergencia y catástrofe, como la causada por el derrumbe de Rosas, Cauca.

Difícil saber muchas cosas que se vienen en el corto, mediano y largo plazo. Sin caer para nada en el ánimo fatalista de los agoreros que quieren que todo le salga mal a Petro, o que se alegran suntuosos de todos y cada uno de sus errores, es hora de ponernos serios. La columnista de El Tiempo  Martha Ortiz, nos estrena el mes de septiembre con una información alarmante, en su escrito “A la rueda rueda con la infraestructura”, se pregunta : ¿ “Quien mantiene el “ centro” y la cordura , para el desarrollo de la infraestructura de Colombia hoy, cuando este gobierno ha tenido en un año dos ministros de Transporte, tres presidentes de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), tres directores generales del Instituto Nacional de Vías ( Invias) y cinco directores generales de la Unidad de Planeación de Infraestructura de Transporte ( Upit) ? Nadie “, concluye ella.

No se atreve uno a pensar como rebatir una afirmación de una periodista y un periódico tan opuesto-digamos enemigo- del gobierno del Cambio. No podemos desconocer los hechos sin caer en la mentira. Y no por hacer parte en la ilusión del cambio con el gobierno del Pacto Histórico, como alguien más entre los 11 millones de colombianos, deba ahora desconocer, en el específico y particular caso de las soluciones a las dificultades del transporte terrestre desde Nariño hacia Colombia, solamente para quedar bien pasando de agache. Que los días de mora en el plazo prometido para entregar una vía alterna se hayan multiplicado sin tampoco estar seguros que pueda prolongarse a diciembre, o a enero, o más, tiene un nombre claro, Ineficiencia, incapacidad, indolencia.

Pongo uno, un solo caso, entre los millares de atropellos que la ciudadanía de Nariño vive como consecuencia de lo dicho: Hace 15 días se celebró en Ibagué una Olimpiada Nacional de disco volador, con la participación de niños y jóvenes de 8 departamentos. Desde Bogotá pasamos el tramo de Girardot a Ibagué en medio de una colosal autopista, si se quiere, perfectamente pavimentada, demarcada, iluminada, con largos y esplendorosos viaductos y túneles. Como si estuviese presintiendo lo que vendría después, recorrimos el trayecto entre nostálgicos y envidiosos, murmurando un …

– ¡“Cuándo tendremos algo similar desde el sur hacia el centro de Colombia”

A la hora de la Inauguración de la Olimpiada, solamente Nariño ausente. Perdió por W el partido del medio día. Y perdió por la misma causa el de la noche. Y el de la mañana siguiente. Y una docena de deportistas, casi niños, varios provenientes desde Tumaco se aparecieron, agotados y tristes, con 30 horas de tardanza. No tuvieron ánimos ni siquiera para asistir a la ceremonia de cierre. El motivo: la tragedia de viajar por carretera desde el sur.

En estas circunstancias, no pareciera creíble atribuirle la demora en la construcción de la variante de Rosas a razón diferente al desgobierno en el Ministerio de Transporte, y su ANI, y su INVIAS y toda su burocracia. No es sino de imaginar cómo opera de mal el trabajo de un ministro saliente con un director en entredicho y un gerente despedido, esperando entregar el cargo a otro que no tiene ni idea del tiempo que podrá durar en el mismo. Si así están funcionando las cosas con un proyectico de solución emergente- cuya financiación no llega a pobres 68.000 millones de pesos, que no son absolutamente nada frente a la magnitud del daño causado a la economía seccional- ¿que podrá esperarse entonces de la rimbombante doble calzada de Pasto a Popayán, cuyo costo estimado es de 12 billones?

Que esté aprobada en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 no asegura nada. Entre otras cosas, no es muy explicable que pareciera partirse de ceros. En pasada columna (enero 25/2023, “La Falta que nos hace el Padre Gallardo”) pude comentar que la doble calzada Pasto Popayán estuvo aprobada, con estudios y presupuesto en el gobierno de Santos. Que quedó lista para ser ejecutada en el Gobierno de Iván Duque, quien la cambió por la vía Bucaramanga Pamplona Cúcuta.  Que Duque prometió al final de su gobierno, construirla, pero en promesa todo quedó. Y recuerdo haberle preguntado en este mismo medio a la bancada oficial de Nariño en el Congreso, ¿qué había dicho o hecho ante el gobierno Duque para impedir que le quitaran a Nariño la construcción de la misma? Tratándose de memoria, sería bueno que el ex senador, hoy candidato a la gobernación de Nariño, les contara a sus miles de simpatizantes porqué la bancada oficialista nariñense permitió esa arbitraria decisión que tanto ha perjudicado al departamento.

No me gusta para nada el plan de agorero del mal. Si entregan la variante definitiva de Rosas en noviembre, bienvenida sea, aunque tarde. El consejo Intergremial de Nariño se asoma como la única voz doliente. Su clase política, como es de esperarse, no tiene ilusión ni faena distinta a conquistar (o reconquistar) el poder en el festín electoral de octubre, razón de más por la que su fanaticada se alista para consignar su sagrado voto. Lo dicho: jodidos pero contentos.

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