El país se vio sorprendido con la noticia de la captura del hijo mayor del presidente de la República, Nicolás Petro, y su exesposa Daysuris Vásquez; el primero acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de activos y la segunda por lavado de activos y violación de datos personales. El caso, como los casos escandalosos que se han dado en el país, se ha convertido en un novelón de Corín Tellado. Es una historia de amores y desamores.
El presidente de la República, desde que conoció del hecho, cuando Day Vásquez lo visitó en la Casa de Nariño, y, posteriormente, lo hizo público a través de la Revista Semana con la periodista Vicky Dávila, ofreció todas las garantías para que la justicia actúe con independencia y pidió que su hijo sea investigado. Su mención de que está primero la justicia antes que la persona, es un acto de valor.
Hemos visto este tipo de escándalos en los anteriores mandatarios y figuras públicas; uno de los casos más conocidos fue el del expresidente Ernesto Samper con el muy recordado proceso 8 mil. Para ese tiempo la situación fue muy particular porque el monto que ingresó a la campaña fue tan alto, que monseñor Rubiano se pronunció diciendo que como no se iba a dar cuenta si por sus narices pasó un elefante: “¿cómo no vio un elefante en su jardín?”; hecho que al aludido presidente se le asoció con un apelativo singular, con lo cual se cumplía el propósito de ridiculizarlo.
Pero de igual manera han resultado salpicados con presuntos aportes de dineros ilícitos los expresidentes Uribe, Santos, Duque, la exvicepresidenta Martha Lucía Ramírez con un escándalo de tráfico de ilícitos por parte de su hermano; algunos militares (como una aeronave incautada en San Andrés) y el excandidato presidencial Iván Zuluaga y su hijo. Lo cierto es que estos casos pasan de agache, sencillamente no pasa nada. Las aperturas de investigación por parte de la Fiscalía reposan en los anaqueles durmiendo el sueño de los justos. Sencillamente, como lo dicen los refranes populares: “La justicia para los de ruana” o “La esperanza del perdón, alienta al pillo y al ladrón.”
Sencillamente estos casos que hemos conocido, y ahora con el caso del hijo del presidente Petro, no pasan de ser unos shows mediáticos que alimentan los grandes medios de comunicación para disfrazar la cruda realidad que viven los colombianos o los casos de corrupción como se denunciara por estos días con Ecopetrol.
Otra situación que se está viviendo en el país es que son los grandes medios de comunicación los que están tomando decisiones sobre los poderes públicos, un caso particular es el de la revista Semana que se viene encargando de publicar casos determinantes en la política pública del país, y, sobre todo, que este medio de comunicación, en manos de un grupo económico, viene liderando la oposición y las criticas al gobierno alternativo del presidente Gustavo Petro. La revista Semana, de propiedad de los empresarios Gilinski, ha asumido una estrategia de atacar a Petro con el sentido de “palo por que bogas y palo porque no bogas”. Es decir, una oposición ciega, por el hecho de hacer un gobierno social que genera beneficios al campesinado y los sectores populares del país.
Esta novela que hilaron los medios de comunicación es una manera de distraer la atención de la población por tratarse de personas vinculadas con las instancias de poder. El Presidente, por su parte, fue enfático en afirmar que respetaría la autonomía de la Justicia y solicitaba que se investigara a su hijo Nicolás. Aquí hay que resaltar que el presidente no solo se apartó del caso, sino que actuó con mucha ética y serenidad. Es muy evidente que entre los casos que se han presentado anteriormente, como los escándalos con el expresidente Uribe y el hijo del presidente Petro, hay mucha diferencia. El primero los protegió y el segundo pidió que lo investigue la justicia. Y finalmente, nunca se podrá comprobar que hayan entrado dineros ilícitos a la campaña presidencial de Gustavo Petro, pues en el acervo probatorio de la Fiscalía no hay pruebas fehacientes de que eso haya sucedido.
Mientras tanto, los medios de comunicación se enfocarán en el caso pasional y de traición que se vivió entre Day Vásquez, Laura Ojeda y Nicolás Petro en una lujosa mansión, en la que la traición motiva la venganza de su ex por haber embarazado a su mejor amiga. Una historia amores y desamores y los beneficios que trae ser hijo de Presidente. Una historia para Corín Tellado.