Para Aura y todas las auras de Nariño y el mundo

Pidiendo de ante mano excusas por tener un motivo personal para escribir esta columna, creo que es necesario hablar sobre las mujeres que en nuestra región han hecho historia, y que a veces son heroínas en el anonimato.

Hace unos días perdí a mi abuela, Aura, amorosa y entregada a su familia como nadie. Ella, una mujer inagotable, llena de historias, de luchas, de causas, de dolores y alegrías. Una mujer, que nunca cambio su esencia y forma de ser, pese a todos los caminos en subida que tuvo que atravesar.

Y es que ese sentimiento es el que me hace parar a reflexionar, sobre toda esa generación de abuelas que tenemos, que hemos despedido y que recordamos. Luego de revisar con detenimiento las vidas de estas mujeres, causa admiración la fuerza, la vitalidad, la energía, la pasión, la determinación de sus acciones.

Mujeres que son unas heroínas, que, en el anonimato de los hogares de todos, construyeron nuestras vidas dejando las suyas propias, entregaron todo y más para sacarnos adelante y volvernos más guerreros y guerreras ante un mundo que se venía con grandes cambios.

En este momento, queremos rendir un sincero homenaje a todas las abuelas nariñenses y a todas las abuelas en todas partes, que han dejado una huella imborrable en nuestras vidas. Su presencia y amor incondicional han sido fundamentales en la construcción de una sociedad mejor y en la formación de generaciones enteras.

Sus historias, consejos y cariño han enriquecido nuestros destinos de manera incalculable. Compartieron sus valores, tradiciones y experiencias, contribuyendo a la riqueza cultural y humana de nuestra región y de todo el mundo.

Su dedicación y sacrificio fueron y han sido inquebrantables para asegurar el bienestar y el futuro de cientos de familias. Son modelos de fortaleza, resiliencia y amor, y su legado perdurará en cada uno de nosotros.

Aunque muchas de ellas son desconocidas en la historia, nuestras abuelas construyeron un legado que trasciende el tiempo y el espacio. Su influencia se refleja en nuestras acciones diarias, en la forma en que tratamos a los demás y en cómo contribuimos a una sociedad más justa y compasiva.

En esta columna, y todos los días, las honramos y agradecemos. Son unas guardianas de la sabiduría y el amor, y su contribución es invaluable.

¡Gracias, abuelas, por su amor eterno y su impacto perdurable en nuestras vidas y en el mundo entero!

Te amo Aura.

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