La declaratoria del presidente Gustavo Petro como uno de los 100 líderes más influyentes del mundo por la revista norteamericana Time se constituye en una bofetada para el uribismo y la oposición que buscan su caída. Hemos visto como los partidos de oposición vienen haciendo una encarnizada campaña contra las reformas que impulsa el gobierno del cambio. De manera particular se le ha puesto cualquier cantidad de talanqueras a la reforma a la salud por el tema de una eventual desaparición de las EPS y la administración del presupuesto de la salud por parte de la Adres.
En ese propósito, no son inferiores los medios de comunicación pertenecientes a los grupos económicos que no dan tregua a los ataques al presidente Petro. Desafortunadamente en los medios de comunicación hay unos periodistas ponzoñosos que obedecen a intereses de terceros, que son “estimulados” a través de estipendios o con el otorgamiento de la pauta publicitaria.
La nominación que recae en la persona del presidente Petro les cayó como baldado de agua fría; todo el esfuerzo que hacen echándole el agua sucia se les fue por la cañería. Pues, nada menos que el mandatario colombiano es situado de igual a igual con mandatarios como Joe Biden, de Estados Unidos, o Luiz Inácio Lula da Silva, del Brasil. Esta misma nominación que también tuvo el honor de ser parte la vicepresidenta Francia Márquez en el mes de septiembre del año pasado.
A pesar de la oposición malsana y los medios de comunicación que se convirtieron en casas políticas en favor de la recalcitrante derecha, Petro sigue gozando de alta popularidad, es un mandatario que se desempeña muy bien en los escenarios nacionales o internacionales, como lo vimos en la Asamblea de las Naciones Unidas, haciendo un llamado a los países del mundo a que se comprometan a defender la selva antes que echarle veneno.
Con los proyectos de reforma que se han presentado al Congreso de la República, la oposición ha encontrado el mejor escenario para boicotear todas las iniciativas que nacen en el seno de un gobierno democrático y popular. No obstante, el presidente ha sabido capotear estas circunstancias, prescindiendo de algunos funcionarios que no dan la talla.
Sorprende mucho que, mientras los negociantes de la salud se opongan a una reforma que trae beneficios para para la inmensa mayoría de la población colombiana, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) dé el visto bueno y avale el proyecto.
Algo similar ocurre con las otras dos reformas, como la laboral y pensional que ha recibido el beneplácito del gobierno de Estados Unidos, quien apoya el impulso del sindicalismo. Pero el mayor espaldarazo a estas reformas lo recibe de la Ocde, quien le dio el visto bueno. Además, la redacción de las reformas se ha hecho con estándares internacionales.
Estos referentes nos indican que el gobierno va por buen camio, solo que les quiere quitar la fuente del usufructo con el erario a los traficantes de la salud.
Otros factores que califican muy bien al gobierno de Petro tienen que ver con la titulación de tierras, la neutralización del negocio del narcotráfico. El éxito de los planes de gobierno llevó a que Petro sea recibido en la Casa Blanca por el presidente Joe Biden, en un encuentro de tú a tú, no como antes que el presidente colombiano iba a asumir una posición genuflexa.
Gustavo Petro es el gran líder en América por su gran tacto político. Y en el mundo, su talento, su preparación y su discurso pausado, hacen de él el gran líder de la humanidad.