Frente a un centenar de niños expectantes junto a sus padres, el señor Intendente Ancisar Lagos cumple el segundo de sus sueños: convertirse en profesor, titulo conseguido luego de conquistar su mayor sueño: ser Policía.
Luego de una veintena de años al servicio de la institución, el Intendente Lagos recuerda su ingreso a la Escuela de Policía Simón Bolívar en Tuluá en el mes de enero de 1996 y cómo a partir de entonces no ha dejado de servir a la comunidad en su rol de maestro.
Trasladado al Departamento de Nariño tenía claro en su mente que el Policía debía ser el ‘amigo de todos’. En su natal Consacá, donde trabajaba cultivando café, ya era reconocido por su dedicación e interés en el bien de su comunidad.
Estrenando su uniforme verde oliva sus superiores observaron su vocación para con la gente, siendo asignado a la recién creada Oficina de Participación Ciudadana, donde comenzó por visitar barrios marginales, tocar puertas y hacer conocer a los vecinos que también hay Policías que tienden puentes, que motivan a la gente y que trabaja por sus comunidades. Los resultados no se hicieron esperar: su nombre fue calando en el corazón de las comunidades que visitaba.
Estos logros que facilitaron un positivo acercamiento de la Policía a las comunidades vulnerables le valieron su postulación para capacitarse en el exterior en el Programa de Prevención de Educación para la Resistencia al Uso y Abuso de las Drogas y la Violencia DARE, creado con el propósito de prevenir el consumo de drogas entre los jóvenes y disminuir el riesgo de perder vidas valiosas por la ingesta de estupefacientes.
De sus instructores en México recibió el aval para sembrar la semilla de la prevención y evitar que niños, jóvenes y adultos cayeran en manos de la drogadicción y el alcoholismo. Junto a su equipo de trabajo visitaría todo el departamento de Nariño.
Recuerda que cuando era todavía un adolescente perdió uno de sus dedos en las faenas agrícolas y que estuvo tentado de abandonar su sueño y perderse en el alcohol, pero los consejos de su madre y de un viejo Policía fueron el impulso para seguir adelante. Este capítulo de su vida le ha llevado a hablar con fundamento frente a innumerables audiencias, consciente de que su ejemplo y sus enseñanzas pueden salvar vidas. “Muchas personas de todas las edades pierden algo y se desesperan, A veces hay que perder para ganar en sabiduría y madurez”: afirma el Intendente Lagos.
Hoy tiene una misión adicional: se encuentra empeñado en enseñar el nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia, de una forma fácil y didáctica para ‘vivir en Paz’ como dice él. Todo va bien y ahora tiene una inquietud que va a cristalizar en hechos: enseñar el Código de Policía y continuar con sus enseñanzas DARE en lenguaje de señas; a título personal ya inició su proceso de formación.
Como dice él mismo: “Que el mensaje de la prevención llegue a todo mundo, sin excusas… porque los niños y los jóvenes se merecen un mundo mejor. Hace poco regresó de Estados Unidos del encuentro Internacional de Formadores DARE, próximamente será nombrado Mentor, el máximo grado dado a sus instructores.