Diana Ibarra: un compromiso por Pasto

No queda duda alguna que el espíritu de servicio social, solidaridad y emprendimiento brota espontáneamente en aquellos seres y corazones destinados a ser una guía para la sociedad.

Pasto se apresta al desarrollo de unas elecciones en las cuales no únicamente está en juego la suerte política de algunos candidatos si no el futuro de nuestra niñez, adultos mayores y personas en situación de discapacidad, lo mismo que seres vulnerables y carentes de recursos para afrontar sus más elementales necesidades como vivienda, educación, salud y nutrición.

A pesar de los esfuerzos y avances alcanzados en tajes materias es aún mucho lo que queda por hacer. Y para esta noble tarea se requiere de corazones sensibles, inteligencia, capacidad y decisión.

Elementos que se encuentran generosamente en la personalidad de la gestora social DIANA IBARRA y que se manifiestan en su hogar, su familia, sus amigos y coterráneos. Su origen humilde le permite conocer las necesidades de su gente. Una mente brillante que se hizo a fuerza de trabajo, dedicación y empeño.

Diana Ibarra siente en carne propia las angustias de su pueblo, se siente en su voz quebrada ante la sola mención de la niñez que deambula por las calles de nuestra ciudad en su búsqueda incesante de un pan, un abrazo o tan solo una oportunidad para mitigar su cruda y dura realidad.

Su afán consiste en hacer de Pasto un lugar en el cual se pueda disfrutar de una caminata, el compartir en familia una tarde soleada o una conversación amena con esos amigos que tanto se añora. Una ciudad feliz para todos, sin limitaciones, segura, tranquila y emotiva.

Las manos, el corazón y el deseo de DIANA IBARRA se perfilan en esa búsqueda incesante. Una gestora que piensa en su gente, en los suyos, en ciudad.

Pasto ese lugar donde nacimos, crecimos y vivimos. Pasto esa ciudad que nos necesita, que nos convoca y nos inspira.

Comentarios

Comentarios