El Gato Gris, restaurante comprometido con las familias campesinas víctimas del conflicto armado en Nariño.
El empresario Arturo Morales es un reconocido gastrónomo quien hace 25 años convirtió una casa en el Chorro de Quevedo, en La Candelaria, Bogotá, en un restaurante llamado El Gato Gris, lugar que también ha servido de encuentro para varios artistas reconocidos en el país.
En el lugar, cuya decoración la compone fotografías y pinturas surrealistas, desde hace tres años se trabaja con productos naturales cultivados por familias campesinas víctimas del conflicto armado del Putumayo, Cauca, Valle del Cauca y Nariño que abandonaron la siembra de cosa y se dedicaron a cultivar diversidad de verduras y productos. “Estamos convencidos de que apoyando su trabajo se construye país”, señala Arturo Morales.
Este proyecto que logró consolidarse con el apoyo de los chefs que trabajan en el restaurante y que ayudaron a hacer el contacto para comprar directamente a los agricultores, convirtió a El Gato Gris en un restaurante reconocido por su calidad gastronómica donde chefs, meseros y clientes están convencidos de que cada plato que allí se vende cuenta una historia sobre el país.