Jairo Llanos aprendió desde niño el valor del servicio social. Hijo de educadores que durante más de cuarenta años ejercieron su labor dejando un gran legado para cientos de ninos que recibieron de ellos sus primeras instrucciones. Su madre le inculcó el conocimiento que más tarde le serviría para hacer de su vida una entrega por los más débiles y vulnerables. Recuerda como en las frías noches colaboraba con la calificación y valoración de los trabajos y exámenes de los estudiantes de su madre y la forma en que ella le contaba las angustias y necesidades de cada una de sus familias. Entonces, recuerda, hacia válidos los errores por cuanto también valoraba los esfuerzos por alcanzar una educación en medio del hambre y la pobreza.
De su padre recuerda su ejemplo y fortaleza que lo caracterizó como un educador excepcional y entregado a la noble causa de educar y formar. Fundó dos colegios movido siempre por su deseo de forjar futuro en los niños de estratos populares. En Catambuco le da vida a la Institución Educativa Nuestra Señora de Guadalupe permitiendo que cientos de niños y adolescentes encuentren la oportunidad de aprender sus primeras letras al labrar un futuro digno y lejos del analfabetismo que marcó el destino de los padres o abuelos de este sector del municipio. En Casabuy organiza y funda el colegio Nuestra Señora de Fátima, facilitando el aprendizaje de niños hijos de campesinos y labradores de la tierra.
Nace hace cuarenta y siete años en Pasto, crece en su barrio Obrero junto a niños de escasos recursos cuyas familias padecen necesidades de todo tipo. Su primaria la cursa en PROINCO, institución donde aprende que la voluntad y el esfuerzo son la base esencial del progreso y desarrollo. Posteriormente, y pretendiendo seguir los pasos de su padres, inicia estudios en la Escuela Normal, por motivos económicos debe abandonar sus estudios y reiniciarlos luego, gracias a la amistad de un sacerdote, que conociendo su inteligencia y capacidad de lucha le abre generosamente las puertas del Colegio San Felipe Neri.
Los pasos de la vida le llevan a prestar el servicio militar y es aquí donde desarrolla su existencia pensando siempre en el servicio a los demás. Durante sus veinte años de vida en el ejército se destaca en la actividad deportiva y expresa con orgullo que es el único nariñense en la historia que logra fundar una Brigada (23) llevando siempre el estandarte de una formación en valores y virtudes. Un legado que pretende emular las luchas y logros de sus padres.
Su juventud y formación lo llevan a prestar sus servicios como gerente en seguridad y analista político, consultor de seguridad privada y profesional en ciencias militares. Es, igualmente, presidente del CLUB de Fútbol Marcatori, organización que forma a niños con gran talento y contribuye a una formación en ámbitos tan importantes como el trabajo y la disciplina.
Su vida, puede decirse, es una constante entrega al servicio comunitario y social. No obstante siente que algo faltaba en su proyecto de vida y toma la decisión de postular su nombre para el CONCEJO DEL MUNICIPIO DE PASTO. Recibe apoyo de amigos, familiares, deportistas y líderes cívicos de una manera espontánea y desinteresada.
Siente que el legado del líder inmolado LUIS CARLOS GALÁN SARMIENTO es garantía de servicio y trabajo, razón por la cual se inscribe en sus toldas y recoge sus banderas.
Para el municipio de Pasto es un verdadero honor el contar con hombres como JAIRO LLANOS entre los candidatos a ocupar un lugar en su recinto. Su capacidad , entrega e inteligencia son su mejor carta de presentación.
Jairo Llanos se ha ganado en justicia el título de candidato de las oportunidades.