A propósito de unas sociedades centenarias en Nariño

(Un reconocimiento y un mensaje de solidaridad)

Celebro vivamente el muy interesante artículo de mi amigo y coterráneo Mauricio Chaves Bustos, sobre las Sociedades Culturales en Nariño que, en buena hora, nos trae a la memoria olvidadiza, lo que fueron y constituyeron unas sociedades ya centenarias en nuestro departamento. Además de la Sociedad del Carácter de Ipiales, de la cual se ocupa profusamente, nos anuncia la memoria de algunas otras que menciona. Brevemente, conviene no olvidar la Sociedad de Mutuo Apoyo de Túquerres, de la cual hace especial referencia el célebre científico Fortunato Pereira Gamba, en su libro Impresiones de un viaje por el Ecuador (Quito, 1919), curioso libro que fue dedicado por su autor: “A mis buenos amigos los artesanos de Túquerres”.

Y celebro y aplaudo igualmente, la buena nueva de que los directivos de la nombrada Sociedad del Carácter de Ipiales, la Sociedad Ricaurte de Pasto, la Sociedad Girardot de Túquerres y de la Biblioteca Los Cocuyos de Samaniego, se reúnen en la presente fecha, con miras a volver por sus fueros, ejecutorias y merecimientos; teniendo en cuenta que sus objetivos de apoyo, solidaridad y hermandad sociales y culturales, en manera alguna han perdido vigencia, ni menos se deben desestimar.

Me uno integralmente a este proyecto, en todo cuanto para nosotros los nariñenses significan las sociedades en la historia y en todo cuanto valen y entrañan sus postulados en el discurrir de nuestros días tan deshumanizados y violentos.

A propósito de la Sociedad del Carácter, muy oportuno recordar una y mil veces, la exaltación del carácter del pueblo nariñense hecha por el consagrado escritor Eduardo Caballero Calderón, quien apreció de cerca sus virtudes y defectos, durante su recorrido en la funesta época de la violencia partidista. Dice así:

El pueblo de Nariño tiene carácter, que es lo que importa y lo que a otras muchas regiones les falta. Sobre el carácter de los hombres y los paisajes se construyen los pueblos. Sobre los hombres y los paisajes sin carácter, no se construye nada. Un pueblo que se mira diariamente en el idílico paisaje de la meseta de Túquerres y medita sobre el bronco espejo de la grieta del Guáitara, es un pueblo bueno y heroico que puede llegar a ser grande: es una semilla gruesa y dorada que debemos aventar en el surco.

Que el lema de la Sociedad del Carácter, Libertad, Hermandad y Trabajo, supremo ideal de paz y convivencia, nos convoque con premura y estimule la realidad de mejores tiempos y grandes emprendimientos. Así lo esperamos y merecemos.

VICENTE PÉRREZ SILVA

Angasnoy (Refugio del Condor), 2 de septiembre del 2022

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